lunes, 6 de septiembre de 2010

CAPITULO 26

CAPITULO 26


EDWARD’S POV

Por suerte, tuvimos una noche cargada de actividad y Bella estaba cansada, por lo que tenía la esperanza de librarme de acompañarla al gimnasio a entrenar pero de todas formas iba a cumplir con mi palabra.


--Bella, despierta – susurré a su oído – hay que ir al gimnasio – se movió un poco y unos ruiditos a los que ya estaba acostumbrado salieron de su boca – ¡Mueva ese trasero señorita Swan!

--Mmm hoy no – se enterró entre las sábanas – mañana – pudimos dormir una hora más y luego estábamos sentados en la cocina que cabe decir parecía zona de guerra, tomándonos un café intentando resucitar de nuestra agitada, perfecta e inolvidable noche.

Bella todavía tenía dos días más para grabar los comerciales y luego se dedicaría para estar perfecta para ese photoshoot de “Sports Illustrated”. Apreté la quijada con sólo pensar en esa revista. Era inevitable que me causara un dolor en la boca del estómago con sólo imaginarlo.

¿Qué hombre no sueña con tener como novia a una chica de sus portadas?
Esa publicación era mayormente para hombres, nada explícita es verdad, pero muy sugestiva. Y Bella tendría la edición especial, Dios mío, bien dice el dicho, “Ten cuidado con lo que deseas porque se te puede cumplir”…

“Y de paso te jodes Cullen, pensando que millones de hombres de todas las edades ‘se echan una mano’ mirando a tu mujer”


“No, yo puedo controlar esto”, son sólo unas fotos, además Isabella es mía, está conmigo porque ella me ama.

 ¡Que se jodan los demás!

Sonó su teléfono y era Rosalie. Bella escuchó por varios minutos y sólo asentía y respondía con monosílabos. Y luego recibió otra llamada que le iluminó la cara.

--¡Jake! – saltó emocionada, no me quedé a escuchar qué le respondía, el tipo era su amigo desde hacía muchos años y yo tenía confianza en ella… pero en él no, sacudí mi cabeza para alejar esos pensamientos autodestructivos que empezaban a corroerme por dentro cuando Bella entró corriendo a la habitación, feliz y brincando como una niña.

--¡Edward!, ¡Edward! – Movía las manos como si éstas le dieran energía – no vas a creer esto…

--Cuéntame, ven – la envolví en mis brazos y me senté en la cama con ella en mis piernas – suéltalo Bella, te escucho.

--¡Jake fue nominado para los Grammy’s! – Aplaudía feliz – tiene 5 nominaciones y una de ellas es por el video.

--¡Wow, que bien! Veremos el programa en la tele, no nos perderemos nada, te lo prometo – besé su mejilla con fuerza.

--¡No!, Bueno, Jake tiene que actuar y cantará “esa” canción – disminuyó sus acelerados movimientos – quiere que lo acompañe… bailando - dijo casi en un susurro. Dí un hondo suspiro y besé su coronilla.

--Lo harás muy bien Bella – frotaba sus brazos – te verás espectacular amor.

Se giró para abrazarme y me besó – Gracias Edward, te amo – y sólo con esas dos últimas palabras, esa mujer que estaba entre mis brazos, tenía todo mi apoyo de corazón, aunque dolía mucho tratar de tomármelo con calma.


Nos despedimos en el estacionamiento con un beso y su respectiva nalgada. Bella iba desbordante de felicidad y aunque me costara un hígado nuevo, así quería que estuviera siempre, ¡Feliz!

***

--Veo que funcionó mi consejo – dijo Nadia con una sonrisita prepotente – no intentes negarlo, te conozco.

Me acerqué a ella, tomé sus manos y las besé – Jamás me cansaré de agradecerte por ese jalón de orejas de ayer y por tus sugerencias claro – confesé feliz y le regalé una chueca sonrisa.

--¡Que bueno que ya arreglaste eso Edward! – Me abrazó – ahora pórtate bien y cuídala mucho, no la conozco pero sé que se lo merece.

Y claro, Bella se merecía eso y más. Yo quería poner el mundo a sus pies, que sólo con mover un dedo tuviera lo que quisiera, que no trabajara, aunque eso la hacía feliz y tenía que respetar sus deseos, yo era un muñeco de trapo en sus manos, siempre listo para cumplir cualquier cosa que ella pidiera.

Isabella había llegado para cambiar mi vida, mi mundo y estaba muy agradecido con Dios por haberla puesto en mi camino. Era como una bocanada de aire fresco para mis viciados pulmones. Ella había traído nuevas ganas de vivir para mi decepcionada alma que ya no tenía ni esperanzas de sentir de nuevo y se refugiaba detrás de una absurda posición de tomar todo lo que me ofrecieran sin que importara dar algo a cambio, sin sentimientos, sin nada. Había aprendido bien mi lección.

Pero llegó esta mujer que para mí era un ejemplo de perseverancia, de lucha y sobre todo de entrega total. Una mujer que desde muy pequeña se fijó en conseguir su objetivo y ahora veía coronados todos sus esfuerzos. Y era mía, y me amaba y sería mi esposa…

Un mensaje recibido en mi Blackberry me sacó de mis pensamientos.

Señor Ingeniero, sólo quiero
Informarle que la señorita Bella Swan
Lo ama con todo el corazón…
“Please return to Bella”
Te amo.
Bella Swan.

***

Mi rostro le quedaba chico a la sonrisa que apareció en mi cara. Sin perder tiempo le respondí.


Señorita Swan, el Ingeniero ha recibido
Su mensaje y está muy feliz de que usted
Le confirme que lo ama, aunque no podrá
Superar el amor que él siente por usted.
“Please return to Edward”
Te amo
E. Cullen

***

BELLA’S POV

Estaba tan contenta que mientras me maquillaban, le mandé un mensaje de texto a Edward, me respondió pero ya me llamaban y no pude mandarle otro de vuelta.

Me amaba. Edward Cullen me amaba. Y cómo si eso fuera poco, estaba esforzándose por entender mi trabajo con todo lo que él conlleva. Y para muestra un botón, se controló muy bien cuando supo para qué revista era el photoshoot y que además era una edición especial, prometió apoyarme y juro que al principio no lo creía, pero cuando esa mañana él mismo me despertó para ir al gimnasio, sentí que subí un escalón al cielo y después, subí otros 5 cuando me animó al saber que acompañaría a Jake en su actuación en los Grammy’s.


No podía ocultar la emoción que se desbordaba por cada poro de mi cuerpo, y todos lo notaron, pero el primero fue Jimmy, como siempre.

--¡Ni me lo digas! – Me frenaba con la mano – “sesión exhaustiva de sexo salvaje”, ¡Arrrggg! – rugió.

--Choo… - lo miré y le levanté una ceja.

--Darling, tienes escrito “SEXO” en la frente, sólo te falta publicarlo en Internet, aunque estoy seguro que mañana ya alguien lo habrá hecho por ti – cerró su mano en un puño y habló entre dientes - ¡Ashh!, ¡Cómo te envidio!

No pudimos aguantar la risa. Le contaba cómo la noche pasada Edward me había desarmado con el baño de burbujas, las velas, el champagne, los bocadillos, cómo me había prometido poner de su parte con mi trabajo y de pronto, sentí que me arrancaban el brazo.

--¡No puede ser!, ¡Oh Dios mío! – Ya había descubierto mi hermoso regalo – está preciosa Bella y además la inscripción – no le quitaba la vista de encima – está enamorado, lo sé – dijo muy seguro.

--Mmm bueno – comencé a decir – anoche me dijo que me ama… - se hizo un silencio por breves segundos.

--¡Dios! Tenemos el tiempo encima, ¿Cómo podré organizar una boda espectacular en menos de 3 meses? – Jimmy saltó en el asiento ya con sus planes mentales perfectamente bien estructurados.

--Choo, relájate, no hemos hablado de eso – le dí un golpe suave – pero espero que lo haga pronto – dije sonriente – además con todo el trabajo que tenemos este año, ¿De dónde saco el tiempo para armar una boda?

--Me ofendes Sweety, y mucho – se llevó una mano al pecho, dolido - ¿Crees que esta muñeca no podría organizarte la mejor boda del año?, ¡Que horror!, ¿Dónde quedó la confianza?

--Mi confianza está toda contigo, dramática – giré los ojos – me vas a acompañar a mi cita con la ginecóloga de Alice. Rose no puede, gracias al cielo, así que eres el elegido porque eres de mi total confianza, así que listo para mañana ¿De acuerdo?

--Claro Bella, lo que tú digas, pero ¿En qué quedamos con lo de tu boda Darling, prefieres una playa u otro lugar? – lo pellizqué en el brazo y lo chantajeé un poco.

--No sigas con eso Choo, porque sino, no te digo una muy buena noticia – tiré mi carnada y cayó redondito.

--Te juro no volver a molestarte con eso, pero cuéntamelo todo – y le conté de las nominaciones de Jake. Se alegró mucho por él e inmediatamente llamó a Ángela para saber qué concepto manejaría y qué necesitaríamos hacer nosotros.

La entrega de premios sería una semana después de viajar a Punta Cana, lo que significaba mucho mayor esfuerzo de mi parte, ejercicios y ensayos para una coreografía muy movida y para mi desgracia, elevada algunos metros del suelo. Y para colmo, después de los premios, tendría que ir una semana a París para completar la grabación de los comerciales, unas sesiones de fotos para Chanel, volver rapidísimo para la Fashion Week de Nueva York y luego ya no quise saber más.

Tenía que ser muy inteligente y organizar muy bien esa agenda con Jimmy aunque no me preocupaba mucho porque Choo era un mago y sabía que él se las ingeniaría y me daría el tiempo para estar con mi Edward.

***

Ya estaba lista y comenzaríamos con el segundo comercial. Se suponía que me arreglaba para estar perfecta para mi novio, un modelo guapísimo que en realidad había sido novio de Jimmy hacía poco más de un año, pero Marc se había ido a vivir a París y decidieron terminar pero quedaron como los mejores amigos, se querían mucho y se ayudaban y apoyaban cuando uno de ellos lo necesitaba.


Yo estaba contenta de trabajar con Marc porque aparte de conocerlo muy bien, era muy educado, atento y dedicado y siempre era un gusto trabajar con personas comprometidas y si les tenías un cariño especial como a “Jimbo”, su apodo secreto sólo para los amigos, qué mejor.

La primera toma había salido bien, yo lo miraba en un salón de espejos con la botellita de perfume en mis manos escondida atrás y me acercaba para darle un beso que nunca se ve. Luego otras tomas con el vestido rojo y las demás se harían en París. Después del medio día un chico se acercó a mí con un arreglo de rosas rojas y blancas gigante, yo por supuesto que quería llorar de puro gusto. Tomé la tarjetita y mis ojos se nublaron.


“Por favor, regresa a mis brazos tan pronto como puedas”
Edward Cullen.


--Bella, esto tenemos qué festejarlo… - la voz de Alice sonó detrás de mi. Me giré para verla, levanté mi “ceja malévola” como señal de advertencia, ella sólo soltó unas pequeñas carcajaditas y creo que captó el mensaje.

Un día después tuve mi cita con la ginecóloga y Jimmy me acompañó. Cómo era de esperarse, fueron más mis nervios que nada. Elegí las píldoras como método anticonceptivo y me dio todas las indicaciones, me hizo una revisión de rutina y salí de ahí feliz sabiendo que me estaba cuidando y que muy pronto le quitaría a Edward la molestia de usar un condón, sería una sorpresa para él y para mí supongo que bueno, supongo que me gustaría.

Los días transcurrieron y Edward y yo estábamos felices. Me acompañaba al gimnasio por las mañanas cuando no tenía que ir temprano a la presa y no me tentaba con ricas cenas italianas o chinas, que eran mi perdición ni con capuchinos de Starbuck’s que me tomaba cada mañana. Ya no tenía sesiones de fotos ni grabaciones para ningún comercial, así que estaba dedicada completamente a ejercitarme para el photoshoot de “Sports Illustrated” y a los ensayos para la coreografía de Jake que no era tan difícil si la tuviera que realizar al nivel del suelo pero como siempre, mi querido amigo tenía unas ideas muy arriesgadas para mí. También las pruebas de vestuario para la Fashion Week ocupaban algunas de mis tardes y en cada una de ellas estuve muy concentrada para no tener ningún accidente con los alfileres. Si Edward ponía de su parte conmigo, yo también podía hacer un esfuerzo ¿No?

Nuestras noches eran maravillosas, hacíamos el amor como dos adolescentes que acababan de descubrir su sexualidad, bueno, el término aplicaba exacto para mí aunque Edward no parecía tampoco muy lejano a la definición. Varias veces lo atrapé mirándome con una sonrisita extraña en la cara y cuando le preguntaba que le sucedía, sólo me abrazaba y me daba un beso de buenas noches.

***

Un fin de semana antes de irme a Punta Cana, Esme y Carlisle celebraban su aniversario de bodas. Esme había planeado una fiesta pero solamente con sus amistades más cercanas, había tenido mucho trabajo y prefirió hacer algo más íntimo pero tan espléndido como todo lo que hacía. Curiosamente los días anteriores al festejo fue cuando noté a Edward más extraño, pero como sabía que me contestaría que todo estaba bien, no volví a preguntar.


El día de la fiesta llegó y me fui al SPA con Jimmy, con tanto ejercicio y ensayos de baile, me merecía algunos mimos, además Edward se había levantado temprano porque tenía asuntos pendientes en la presa y no le ví mucho sentido a quedarme más tiempo en la cama. Después del medio día llamé a Edward para comer juntos pero aún estaba ocupado en unos asuntos importantes que pronto terminaría de resolver, así que Choo y yo nos fuimos a comer a un restaurante vegetariano. Ya faltaba menos para que pudiera comer algo más sustancioso, al menos mi sacrificio estaba dando resultados según Edward, que diario quería comprobar si mis músculos estaban más marcados y más firmes haciendo mediciones extrañas con sus manos por todo mi cuerpo.

--¿Ya está todo listo Choo? – le pregunté después de un gran bostezo, estaba somnolienta ese día.

--Si, y también todo listo para Los Ángeles. Ay Bella, aún no creo que Edward nos acompañe, me alegra tanto por ti… - me dio un empujoncito con el codo.

--¿No es genial? – Le dí un trago a mi coca de dieta – él fue el que me pregunto si podía acompañarnos, te juro que me quedé en shock cuando lo escuché. Ay Choo, no sabes, estoy…

--No hace falta que me lo digas Darling, y déjame decirte que él también está en las mismas condiciones, perdido por ti, mira que acompañarte a un evento que honestamente no es de su agrado sólo para estar contigo, se necesita Bella, se necesita – sonreí y suspiré.

Regresé a casa descansada y lista para empezar a arreglarme. Edward no había llegado y ya estaba más confundida que preocupada, casi no supe de él en todo el día y si yo no le llamo, ni me entero de su existencia. Estaba un poco enojada, otras veces también había estado muy ocupado y siempre había tenido tiempo para hacer una llamada pero ahora parecía que me rehuía.

Me dí un baño y comencé a secar mi pelo con extrema lentitud, de igual forma me maquillé y cuando terminé, entré al clóset a elegir mi vestido. Faltaba solamente una hora para estar en casa de sus padres y por muy enojada que estuviera con él, ellos no tenían la culpa, así que si no llegaba a tiempo, me iría sola y estaría muy puntual, como a Esme le gustaba. Me terminé de arreglar y lo escuché entrar como alma que lleva el diablo. Me encontró colocándome los aretes y una pulsera junto a la que él me había dado, nunca me la quitaba y no me importaba si combinaba o no.

--Bella – me abrazó por detrás con esa sonrisita pícara estampada en la cara – estás preciosa.

--Gracias – susurré fríamente y me moví escapando de sus brazos evitando que siguiera besando mi cuello – es tarde, ¿Quieres que te espere o me voy sola?

Frunció el ceño y comenzó a desvestirse para darse un baño.

--¿De qué hablas Isabella? – Ya se había borrado de su rostro cualquier señal de diversión – Tú irás siempre conmigo… - iba a decir algo más pero se contuvo y sólo agregó – no me tardo.

Se dio un baño y se afeitó en un santiamén. Se vistió, se acercó a mí y dijo con esa voz que me derretía.

--¿Me puedes ayudar con la corbata? – Lo miré sin expresión alguna y agregó tierno - ¿Por favor?

Me paré y me puse la corbata alrededor del cuello, hice el nudo, lo aflojé y se la entregué. Se la colocó y apretó el nudo pero le quedó chueco y comenzaba a luchar con él. ¡Dios! Si no lo amara tanto… me acerqué y la arreglé. Edward puso sus manos en mi cintura y me pegó a él, pude sentir su dura masculinidad vibrante contra mi vientre. Cerré los ojos y dí un paso hacia atrás porque estaba a punto de rendirme y hacerlo mío ahí mismo.


--Bella, no estés así conmigo – murmuró contra mis labios y yo sólo asentí. Me sentí culpable en ese momento. ¿Que tal si sus asuntos eran en realidad muy importantes y yo reclamando su atención? Le dí un beso y volví a pegarme a él, frotándome, y Edward respondió aún más a ese movimiento. Metió sus manos bajo mi vestido y comenzó a bajar mis bragas pero lo detuve.

--¿Por qué no amor? ¿No ves que te necesito? – Me preguntó suplicante – te necesito ahora Isabella.

--No hay tiempo Edward, a tu madre no le gusta la impuntualidad, vamos – me coloqué de nuevo las bragas.

--¿Bolas azules?, ¡Que va! – Reclamó – ¡Voy a parecer un puto pitufo! – gritó mientras se ponía el saco y me ayudaba con mi abrigo. No pude evitar carcajearme en mi mente.

De camino a casa de sus padres, tenía como siempre la mano en mi muslo, intentaba meterla entre mis piernas pero yo las apretaba, hasta que se dio por vencido y la puso en el volante sin decirme una sola palabra.

***

Llegamos, me ayudó a bajar y esa sonrisita burlona había regresado a su rostro, Edward era tan impredecible… La casa de Esme se veía espectacular, los arbolitos de la entrada estaban llenos de lucecitas blancas, adentro había arreglos de casablancas que despedían un olor maravilloso inundando el lugar y todo estaba arreglado divinamente, no era para menos con el excelente y refinado gusto que ella tenía.

Saludamos a varias personas antes de llegar hasta Esme y Carlisle y yo notaba nervioso a Edward, miraba hacia todos lados hasta que se encontró con la mirada de Alice. Me tomó por el brazo y me llevó al salón.

--Edward ¿Qué hacemos aquí? – Pregunté intrigada – la fiesta es en el jardín. No respondió nada en ese momento, solo abrió las puertas del salón de par en par y me quedé… sin habla.

EDWARD’S POV

--¡Feliz primer mes juntos Isabella!

Su rostro era indescriptible, sus ojos se mantenían en su lugar por pura inercia, sus labios temblaban así como todo su cuerpo y sus manos estaban heladas y apretadas a las mías.

--¡Isabella!, ¡Sorpresa! – las cuatro voces gritaron al unísono y ella se pegó a mi.

--¡Edward! – dijo aún sorprendida y corrió a abrazar a sus padres. Bella se había llevado una buena sorpresa y estaba feliz. Con sólo ver su rostro se justificaban todos los días planeando y hablando con sus padres para su visita. No iba a encontrar mejor momento que este para reunirlos, el aniversario de mis padres, nuestro primer mes juntos, además Bella tenía mucho trabajo y no le seria posible viajar pronto conmigo para conocerlos y yo no quería esperar más tiempo, así que me armé de valor y comencé a organizarlo todo con la ayuda de Jimmy al que no tuve que pedírselo dos veces.

Reneé y Phil no pusieron ninguna traba, pero Charlie, vaya que si era duro de roer, aunque al fin lo convencí con la ayuda de Sue, su novia. Pero ya estaban aquí y todos se veían felices, casi tan felices como mi Bella, que después de abrazar a todos se giró y se colgó de mi cuello dándome un beso. Todos rieron menos mi suegro que sólo esbozó una ligera sonrisita.

--Nunca me lo esperé – susurró a mi oído – gracias Edward.

--Lo que sea por ti Isabella, te amo – y le dí un beso suave en los labios.

La noche transcurría perfectamente bien. Los padres de Bella estaban contentos de estar ahí y de poder ver a su hija feliz. Mis padres a su vez también estaban felices de conocerlos y no dejaban de hablar maravillas de Bella, lo que hizo que Reneé brincara de orgullo. Carlisle, Charlie y Phil estaban enfrascados en una plática entre béisbol y pesca, mientras que Sue ponía a Rosalie al día con los últimos chismes de Forks. Jimmy se había llevado a Bella un momento y yo ya respiraba tranquilo después del angustiante día que tuve por culpa del vuelo retrasado de Phil y Reneé.


--¿Qué haces solito Edward? – La voz de Nadia era inconfundible - ¿No deberías estar cuidando a tu novia?

--¡Di!, que bueno que estás aquí – le dije sinceramente.

--No podía perderme un aniversario de tus padres y menos saber si todo te había salido bien – soltó una risita.

--Edward – Bella llegó y me abrazó por la cintura. Posesiva. Me agradó.

--Isabella, quiero que conozcas a Nadia, una muy buena amiga y compañera de trabajo – las presenté – Nadia ella es Bella, mi novia – y le dí un beso en la frente.

Nadia tomó su mano entre las suyas y la apretó – Al fin Bella, es un placer conocerte – le sonrió y Bella se relajó.

--El placer es mío Nadia – contestó un poco tímida, lo que era raro ya que Bella estaba acostumbrada a tratar con muchas personas sin mostrarse cohibida, como la sentí en ese momento. Platicaron un rato de cosas triviales y luego Nadia se despidió.

--¿Trabajan juntos? – Me preguntó cuando estuvimos solos y yo asentí - ¿La conoces desde hace mucho?

--Estudiamos juntos en París – el grupo comenzó a tocar de nuevo – Ven, baila conmigo – y la llevé en medio de la pequeña pista. Le rodeé la cintura y la pegué mucho a mí. Bella recostó su cabeza en mi pecho y dejó que la llevara.

--¿Estás contenta?

--¡Claro Edward!, muchas gracias – levantó el rostro para mirarme y la besaba cuando un carraspeo de garganta nos separó.

--¿Puedo bailar con mi hija? – ¿Mi suegro me pedía permiso?

--Por supuesto – respondí educadamente y la dejé entre sus brazos. Fui por un whisky y fui interceptado por Emmett.

--Ahora si te creo que vas en serio hermano, mira que traer a tus suegros – levantaba las cejas – ahora solo falta que Rose me pida lo mismo y te pasaré la mitad de los gastos por darle ideas – nos reímos hasta que vimos a Alice y al cuñadito Hale bailar muy pegaditos. Nos miramos y bufamos al mismo tiempo

Después de la cena estuvimos un buen rato platicando con sus padres que a pesar de estar divorciados y ambos con nuevas parejas, se llevaban demasiado bien y me daba mucho gusto por Bella. También se notaba que tanto Phil como Sue querían mucho a Isabella y estaban muy contentos por ella, por verla feliz. Ya era tarde y mi pequeña bostezó, estaba cansada y con tantas emociones no era para menos pero no se quería ir, no quería despegarse de sus padres. Cuando pude convencerla y comenzamos a despedirnos se tensó.

--Tranquila Bella – murmuré – todo está bien, despídete de tus padres y vámonos a casa.

--Pero cómo, mi padre… yo… - tartamudeaba de los nervios.

Le costó mucho esa despedida pero lo hizo muy bien. Bella estaba preocupada por lo que pensaría su padre porque vivíamos juntos. Ella no se lo había dicho, ni siquiera insinuado y me dí cuenta esa mañana cuando yo mismo tuve que explicarle a mi suegro sobre la seriedad de mi relación con Isabella. Fue una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer en mi vida pero lo manejé bien, ya que después de unos whiskys en el bar del hotel donde los alojé, de contarle mis planes con Bella además de toda la historia de cómo nos conocimos, el Jefe Swan me dio unas palmadas en el hombro y me dijo que mi trabajo era cuidarla y hacerla feliz, claro, todo esto con las respectivas amenazas de muerte si hacía sufrir a su pequeña. Podría decir sin lugar a dudas que le caía bien a mi suegro.

Reneé era otra cosa. Desde que me vió en el aeropuerto me abrazó como si nos conociéramos de años y me daba besos en ambas mejillas, mi suegra era efusiva y muy agradable. Ella no tuvo ningún problema cuando le expliqué que Bella y yo vivíamos juntos, al contrario me felicitó y sonreía cómo si ya lo sospechara. Instalé a mis 4 suegros en el mismo hotel y corrí a casa para darme un buen baño, arreglarme y estar listo para la fiesta de mis padres. Sabía que Bella estaría muy enojada conmigo por evitarla durante todo el día, pero estaba nervioso por el retraso del vuelo de Reneé y Phil ya que posiblemente no llegaran a tiempo y mi sorpresa se hubiera arruinado. Jimmy la había entretenido todo el día pero conociendo a Bella, seguramente estaba que reventaba bajo esa carita pacífica y un poco inexpresiva. Estaba preciosa con ese vestido y su pelo cayéndole en suaves ondas sobre sus hombros. Le pedí ayuda con la corbata y al arreglarme el nudo, la pegué a mi cuerpo para que sintiera cómo me ponía, lo que me provocaba, pero se alejó de mí.

--Bella, no estés así conmigo – le pedí porque no soportaba su indiferencia y el saber que estaba enojada sin razón aunque eso sólo lo supiera yo por el momento. Creo que se compadeció de mí ya que recibí un tierno beso suyo y la caricia más excitante, su cuerpo rozándose con el mío y acabó con mi autocontrol. Acaricié sus muslos bajo su ropa y comencé a deshacerme de sus bragas, tenía que hacerla mía en ese momento, pero Bella no accedió, ¿Seguiría enojada?

--¿Por qué no amor? ¿No ves que te necesito? – Le rogué – te necesito ahora Isabella.

Y argumentando que no teníamos tiempo me dejó con un dolor punzante en las ingles y más abajo. ¿Cómo podía ser tan despiadada y dejarme más azul que un cabrón pitufo?

¡Así me iba a morir! ¡Azul!


Pero ahora ya íbamos camino a casa y teníamos todo el tiempo del mundo. Desde el elevador, venía besándola, excitándola, la necesitaba mucho después de varios días de un “cese obligatorio” en nuestras actividades nocturnas. Ella también me necesitaba y lo podía sentir al notar también lo ansiosa que estaba, lo sentía en nuestros besos, nuestras caricias y en nuestros cuerpos. Bella entró un momento al baño pero me pidió encender unas velas lo que me pareció una estupenda idea. Me desvestí y me acosté desnudo, no quería perder el tiempo. Me acomodaba en la cama cuando salió y con sólo verla en ese sexy baby doll el dolor se acrecentó en mi miembro y supe mis bolas que estaban a punto de regresar a su color normal.

--¿Te gusta?

Casi enloquezco con esa pregunta tan sensual y esa voz melosa… ¡Dios ayúdame a controlarme!

--No sólo me gusta, me encanta – se acercó lentamente a la cama y de un brinco se colocó sobre mi y se inclinó para besarme, rozando su cuerpo suavemente contra el mío, moviendo sus caderas sobre mi miembro excitado y a punto de reventar de deseo por ella.

Pasé mis dedos por la orilla del baby doll, acariciándola y tratando controlarme un poco pero fue peor, mordí la orilla con los dientes y la bajé despacio dejando libres a mis hermosas niñas que en respuesta a mí ya tenían duros y muy paraditos sus pezones. Bella subió un poco y se inclinó de nuevo acercando una a mi boca y ya no pude contenerme, la atrapé entre mis labios y comencé a succionar por mi elixir imaginario, rozándolo con mi lengua y jalándolo con los dientes.

Bella gemía mientras repetía las caricias con su otro seno, llevándola poco a poco al borde de la locura, haciendo más fuerte la fricción de su cuerpo con el mío. No recuerdo cómo le quité las bragas ni la parte superior de su sexy conjunto, sólo sé que ella ya estaba desnuda sobre mí cuerpo y su boca estaba sobre una de mis tetillas haciendo de mi autocontrol una mierda. Yo necesitaba tenerla ya, sentirme dentro de su cuerpo pero ella no lo pensaba así ya que seguía moviéndose de una forma tan sensual que me iba a dejar fuera del juego en poco tiempo, de eso estaba muy seguro.

Giré poniéndome sobre ella y tomando a mis niñas entre mis manos, cubriéndolas, masajeándolas y presionándolas fuerte y sin poder controlarme bajé mi boca hasta ellas y las besé desesperado, ya estaba loco de deseo y la haría mía ya. Me iba a separar para ponerme el condón pero Bella que ya conocía perfectamente mis movimientos lo tomó de mis manos y lo tiró por ahí.

--No – dijo mirándome muy excitada.

--¿No qué, Bella? ¿Qué pasa? - Creí que me iba a volver loco si no quería seguir pero me jaló hacia ella y abrazó mis caderas con sus piernas.

--Ya no es necesario amor – y su pelvis se elevó contra mí.

--¿Bella? – Ella sólo asintió y mi ansiedad y mi sorpresa me rebasaron cuando comprendí por qué me lo decía. Cerré los ojos respirando hondo antes de continuar.

--¡Mírame Edward! – me pidió y la obedecí, los abrí y la penetré lento, quería disfrutar y estar conciente de cada sensación que se desprendía del verdadero roce de nuestros cuerpos, sin barreras, al natural, piel a piel.

Bella dio un gritito cuando me sintió entrar en ella y sus jadeos fueron más fuertes a medida que incrementaba el ritmo de mis embestidas. Era glorioso ver hasta dónde podía llevarla y lo que le hacía sentir ya que Bella arqueaba su cuerpo con cada intromisión del mío, prendiéndome más, moviéndome cada vez más rápido al compás de sus jadeos.


--¡Más! – Gritó – ¡Más rápido! – y su vientre empezó a contraerse. Bella mantenía su espalda elevada de la cama y echaba la cabeza hacia atrás, sus gemidos y jadeos eran incontrolables y la tensión alrededor de mi miembro era mucha. Ya estábamos muy cerca, tres o cuatro embistes más y…

--¡Edwaard! – la fuerza sobre mi erección me indicó que estaba gozando de un intenso orgasmo y que yo lo compartiría en un par de embistes más.

--¡Bellaa! – Me vacié en ella como tantas veces lo había deseado, llenándola de mí, de mi amor por ella y grité también su nombre que salió de mi garganta lleno de placer, excitación y de deseo complacido, por ella, por mi niña Bella.

Me tumbé a su lado acurrucándola en mis brazos, recuperándonos del profundo e increíble orgasmo que habíamos compartido.

--Gracias – murmuró contra la piel de mi cuello.

--¿Gracias Isabella? ¿Me das las gracias cuando acabo de vivir algo tan intenso que sólo tú pudiste lograr que ocurriera? – le levanté el rostro con mis dedos bajo su barbilla para mirarla – gracias a ti amor por este regalo.

Asintió y luego dijo con voz bajita – quería darte la sorpresa justo hoy pero tú me sorprendiste primero – repartía ligeros besos en mi pecho mientras acariciaba su espalda.

--Qué bueno que te gustó tu regalo por nuestro primer mes juntos, aunque me pasé por algunos días pero valió la pena – besé su frente – te ves mil veces más hermosa cuando estás así de feliz.

--Por eso estuviste todo el día evitándome y también por eso llegaste tarde a casa ¿Verdad?

--Ni me lo recuerdes – me moví inquieto – el vuelo de Reneé y Phil se retrasó y además tuve que explicarle a tu padre que los alojaba en un hotel porque tú y yo ya somos una pareja formal y cómo tal, vivimos juntos.

--Si, me di cuenta de que ya sabe pero ¿Y?, ¿Qué dijo? – Me preguntó ansiosa.

--“Eso” no te lo voy a decir – sonreí prepotente – es algo entre suegro y yerno, si quieres saber, pregúntale tú – no pude evitar reíme burlón porque conocía a Bella y jamás se atrevería siquiera a mencionar el tema.


--Edward Cullen, ¡No puedes dejarme así! – se sentó en la cama con los puños en ambos lados de su cadera.

--Oh si, si puedo – pasaba un dedo despacio por el valle de sus hermosos senos – a menos que tengas algo qué ofrecerme a cambio.

--¡Lo tengo! Pero no te lo ofreceré – me advirtió muy segura.

--¿Ah no? ¿Cómo de que no?

Y en medio de una guerra de besos, cosquillas y abrazos, hicimos de nuevo el amor para luego quedarnos dormidos.

BELLA’S POV

“Cosquillas”, sentía cosquillas en… no ahí no, las sentía en… ¡Diablos! Ahora las siento en mis muslos, no, ya no, en mi ombligo, si ahí y ¿Van subiendo?

--Bella… - escuché mi nombre a lo lejos – despierta - algo no entendible salió de mis labios en protesta – se nos hace tarde.

--¿Mmhmm? – intenté responder, estaba agotada.

--Tenemos una comida en casa de mis padres y recuerda que los tuyos están aquí amor – sentí sus manos en mi trasero, acariciándolo - ¿Quieres que nos quedemos aquí? Puedo hacerte cariñitos todo el día si dices que si…

Oh, sonaba muy pero muy tentador, pero eso jamás iba a suceder mientras mis padres estuvieran de visita – Ya voy, ya voy – me senté en la cama sin abrir aún los ojos.

--Ven Bella, ahorremos tiempo – y me cargó llevándome a la ducha en dónde nos dimos uno de nuestros acostumbrados baños, sólo que esta vez si había sido un baño “completo”. Nos vestimos, Edward con pantalones grises de vestir y una camisa y yo con un vestido….. muy lindo y coqueto, me alacié el pelo, luego me hice una media coleta y me maquillé natural, me puse aretes a juego con mi hermosa pulsera y oprimí 3 veces el atomizador de mi perfume y pasé bajo en rocío.

--¡Isabella Swan! – Brinqué del susto al oírlo gritar mi nombre – ¡Eres una gatita tramposa!

Automáticamente me giré e intenté ocultar el frasco detrás de mí y meterlo en el cajón. Le puse mi mejor sonrisa inocente e ingenua pero me falló. De dos zancadas ya estaba parado junto a mí.

--Enséñame eso Bella – dijo serio y yo seguía fingiendo ignorancia.

--¿Qué cosa? – y mi vocecita acompañaba mi actitud - ¿De que hablas?


--Isabella, júrame que no vi que te ponías mi perfume – no se veía enojado, sino más bien incrédulo y divertido. Rosalie y yo habíamos descubierto cuando empezábamos en los desfiles mixtos, que los perfumes de hombre nos sentaban bien, no todos claro, y que el aroma cambiaba por completo por las feromonas femeninas. El resultado era único y delicioso, además que jamás nadie podía adivinar cual usabas. Y yo, desde el día que me dí un baño con Edward en su apartamento, descubrí que me gustaba mucho su perfume, de vez en cuando le robaba un poco y él había tratado de adivinar cual era pero como a mi me divertía mucho ocultarle mi secreto, nunca le dije, hasta que me descubrió.

--Y por eso los uso y confieso que te he robado un poco de vez en cuando – lo abracé mientras me miraba aguantando la risa - ¿Me perdonas? – pregunté melosa.

--Sólo si me prometes seguir usándolo, hueles delicioso amor – y acercó su nariz a mi cuello.

--Lo prometo si tú no le dices nuestro secreto a Emmett, Rose me mataría – le pedí y recibí un beso como garantía.

***

Pasamos al hotel por mis padres y nos dirigimos a casa de Esme y Carlisle que ya nos esperaban junto con los chicos. Al llegar, me sorprendí al ver que la casa estaba tan inmaculada cómo siempre, cómo si no se hubiera celebrado una fiesta ahí unas horas antes.

Esa si era una reunión familiar, no como la de la noche anterior que había sido como de 120 personas. Esme la había organizado apenas Edward le dijo que planeaba traer a mis papás, ella quería que las familias se conocieran mejor y vaya que lo estaba logrando porque los señores continuaron con su plática de béisbol y pesca mientras las señoras hablaban de recetas de cocina, decoración y por supuesto, de moda.

Edward, Emmett y Jasper discutían sobre un nuevo juego de video y Rose y yo aprovechamos para interrogar a Alice.

--¿Y? – le lanzó Rose sin misericordia - ¿Qué decidiste? ¿Ya lo pensaste bien? No te puedes dar el lujo de esperar Alice…

--Si Alice, Rose tiene razón, aquí tienes el tiempo en tu contra así que mientras más rápido decidas qué es lo que quieres hacer, será mucho mejor para ti y… – le acariciaba el pelo tranquilizándola un poco, la pobre estaba nerviosa e indecisa.

--¿Le dirás primero a Jasper o a tus padres? – me interrumpió Rose – porque a tus cavernícolas hermanos…

--¡Rosalie! – la regañé por asustar a Alice - a tus hermanos mejor les dices de último, esta decisión es sólo tuya y…


--Y tus hermanos pondrán el grito en el cielo cuando se enteren, así que será mejor mantenerlos alejados un rato en lo que se hacen a la idea.

--¿El grito en el cielo Rose? – Me enojé – lo dices como si fuera algo malo.

--Claro que no lo digo por eso, vamos Bella sabes cómo son, posesivos y celosos con sus novias, ¿Cómo esperas que reaccionen cuando se enteren que su hermanita pequeña va a…

--Chicas – la cortó Alice que no había dicho ni media palabra - ¿Qué creen que diga Jasper? ¿Se enojará?

--Jasper ya es un chico grande y maduro Alice, estoy segura que él te apoyará – la calmé.

--Si pequeña, Jasper te quiere y estará contigo no importa lo que decidas hacer – abrazó a su cuñada.

--¿Y ustedes? – Preguntó apenas con un hilo de voz.

--¡Alice! – Dijimos al mismo tiempo - ¿Cómo se te ocurre que no te apoyaríamos?

--Ay Alice, sólo tú pensarías eso tontita, ¿Nos crees capaces de dejarte sola? – Rose casi le da un golpe, exasperada.

--Bien – dijo en un suspiro - entonces ya tomé una decisión. *

*

*

*

7 comentarios:

joli cullen dijo...

ADORO A ESTE EDWARD TAMBIEN PORFIS ME REENCANTA ESTE BLOG ESTA HISTORIA ES LA MEJOR QUE HE LEIDO ME ENCANTA TANTO AMOR A VER Q PASA BYE

CRIS dijo...

es el mejor Edward de todos!!!!
que capitulo mas bueno, divertido e intenso!!!!
besos

Ana DirtyDraco dijo...

A ver que pasa Li, que nos debes dos enigmas, el pasado de Edward y el futuro de Alice, ay que esto se pone al rojo vivo, como el presente de este fogoso par, madre mia es que no paran ehhhhh, sexo diario, satisfactorio y excitante quien puede pedir mas. SWEETPATT

Roma dijo...

Li, como siempre me sorprendes una vez más!!!, amo a este Edward, es el mejor de todos.
Esperando el próximo con ansias.

Nani-PattinsonWorld dijo...

Un Edward super detallista, tierno, cariñoso ... pendiente de todo y de todos pero sin dejar de ser El, con su fuerza, sus ganas y reclamando siempre lo que es suyo!
Me encantaaaaaaaaaaa cielete, eres increible, sigue por favor.
Un besazo enorme mi niña

Charo dijo...

Bueno, bueno XD, este Edward esta que se sale, que hombre.
Peeeeeeero, me da la sensacion de que se avecina tormenta...
Li, que sepas que nos haces sufrir mucho, danos pistas o algo por lo menos.
Besos

dracullen dijo...

coincido con las chikas, amo a este dward!!! :D