lunes, 14 de marzo de 2011

EPÍLOGO

EPÍLOGO


EDWARD’S POV

¡Qué hermosas eran mis pequeñas! No había quien no se detuviera a hacerles mimos y a decirnos que eran unas verdaderas muñequitas y yo como el orgulloso padre que no podía evitar ser, agradecía los cumplidos a mis hijas mientras abrazaba por la cintura a su bella madre y con la otra mano continuaba empujando la carriola, con el pecho hinchado de pura satisfacción.





Las habíamos llevado al parque y recostado sobre una enorme manta para que empezaran a gatear. Aún no lo hacían y nosotros moríamos por verlas empezar a descubrir solitas el mundo. Mis hijas cumplían ya los 6 meses de edad y Bella los 2 de embarazo; también se recostó en la manta junto a mi y acaricié su vientre. Otro hijo mío crecía plácidamente ahí. ¿Cómo pudimos no tener cuidado? La verdad, a mi no me importaba, yo estaba más que rebosante de felicidad al saber que tendríamos otro hijo; esta vez era solamente un pequeñito.

Bella era la que me preocupaba. ¿Estaría contenta con este nuevo embarazo? Su estado la pondría de nuevo fuera de circulación profesionalmente hablando y eso me hacía sentir un poco mal. Seguía siendo muy egoísta al alegrarme por su embarazo sabiendo que de nuevo, Bella vería pasar otro año sin trabajar como ella estaba acostumbrada a hacerlo.

–¿Estás loco? – me preguntaba alterada una noche que hablábamos de esto – ¿No te das cuenta que ustedes son lo más importante para mí? – colocó mi mano sobre su vientre – mi carrera ahí está y me gusta trabajar es verdad, pero a la única persona a quien debía probarle hasta donde era capaz de llegar era a mi misma y ya lo he hecho… he llegado mucho más lejos de lo que alguna vez soñé, los tengo a ustedes y no necesito nada más.



–Bella…

***

–Edward, estoy lista.

Me giré y al verla tan elegante y con esa clase, sentí un calor que me recorría el cuerpo. Era tan linda y su crecido vientre le hacía tener un brillo diferente y muy especial en la mirada, ojala pudiera conservarlo siempre…

–Estás preciosa y muy elegante.

–Gracias. Me esmeré un poco, es una noche muy importante ¿Estás nervioso?

–No me gustan las cámaras ni las entrevistas – la atraje hacia mi – lo bueno es que tengo una buena maestra y creo que podré manejarlos.

–Y lo harás muy bien, cielo – me dio un beso en la comisura de mis labios.

–¿Preparada para cortar ese listón con el gobernador señora?

–Preparada y orgullosa del Ingeniero que construyó esa imponente obra ¿Lo conoce usted?

–Mmm no pero debe ser un tipo muy afortunado, si la tiene a usted y a su hermosa familia… no le falta nada.

***

BELLA’S POV

Sonreía frente al espejo. Nunca me había sentido tan bien para estar embarazada. Fue algo que me tomó por sorpresa y al contrario como Edward pensaba, estaba tan feliz que ni las náuseas matutinas de los primeros meses empañaron mi felicidad. Ese día celebrábamos el primer añito de mis pequeñas, un mes antes pero era necesario ya que no quería estar a punto de dar a luz e incómoda en la fiesta de Sarah y Sophie. Ya daban sus primeros pasitos y traían locas a las pobres nanas, ya no se diga a Edward, a los abuelos y a los tíos.

Jimmy había organizado todo, como siempre con su gran don e impecable gusto. El tema de la fiesta fue ”Angelina Bailarina” y todo el jardín estaba hermosamente decorado en rosa. Mesitas y sillitas miniatura, globos blancos y rosas por todos lados, animadoras disfrazadas de Angelina y nuestras preciosas hijas vestidas con sus mallas rosa junto con sus leotardos, sus cómodas zapatillitas de ballet y sus pequeñísimos tutús.

–Esto es sugestión en su más pura esencia – Edward susurró a mi oído – ¿No eras tú quien estaba en contra de eso?

–Es sólo un disfraz cielo, no me digas que no se ven divinas…

–Son las niñas más bellas que he visto, se parecen mucho a ti, son muy inteligentes y lo más importante… me adoran.

Era verdad, mis hijas tenían una especie de fascinación por su padre; apenas lo oían llegar y se deshacían en brincos, aplausos y besos para él. Les encantaba recostarse con su papi en nuestra cama y dormir entre nosotros. Eran tan cariñosas… eran la alegría de la familia, hasta que llegó mi pequeño Ryan y tuvieron que compartir el cariño de todos que está de más decir que sobraba.

Esa vez tampoco quise saber con anticipación el sexo de mi bebé y Edward tampoco. Decía que si pudo con la curiosidad cuando esperábamos a Sarah y Sophie, también podría manejarlo con este bebé, por eso su sorpresa fue arrebatadora cuando en la sala de partos, Addison nos anunció:

–¡Dios mío! ¡Qué varoncito tan grande! ¡Felicidades papás!.

***

EDWARD’S POV

¡Un hijo varón por fin!

No es que no adorara a mis nenas, eran la luz de mis ojos, pero un varoncito, es también lo que todo padre desea.

–Papá, nene – mi dulce Sophie decía sus primeras palabritas y Sarah también hacía sus primeros intentos – mamá, nene…

–Si cariño, nene – Bella amamantaba a Ryan mientras mis hijas y yo mirábamos la tierna escena.



–Mío – declaró Sarah – nene mío.

–Algo posesiva mi pequeña – Edward acarició sus rizos castaños – ¿Ya no me quieren? ¿Quién es el papi más guapo?

–¡Papi! ¡Papi! – contestaban levantando sus bracitos.

***

–Sophie mi amor ¿Por qué caminas así?

–Tío Jimmy dizze que azzí caminan lazz prinzzezzazz y yo zzoy una prinzzezza – dijo con su adorable seseo.

–Yo no quiero caminar como pato – Sarah también hacía esfuerzos por caminar como entumida. Mis pobres hijas… tendría que hablar con Jimmy ¡Urgente! Mis hijas eran muy pequeñas para empezar con esas tonterías.

–Tío Jimmy está equivocado y ustedes caminan muy bonito – las cargué, cada día pesaban más, les di un beso en la mejilla.

–Mami no camina así, ni tía Rose y tía Alice tampoco – dijo Sarah muy seria.

–Porque ellas ya son mayores, cuando ustedes crezcan caminaran más bonito de lo que caminan ahora, no le hagan caso al tío Jimmy.

***

–¡Bella! – la llamaba entre susurros – ¡Bella! ¡Mira a la pequeñas!

Mis hijas estaban en el vestidor probándose la ropa de Bella, ya se habían maquillado, tenían la boca roja y zapatos de tacón.

–¡La cámara Edward! Tómales fotos y yo las filmo con mi teléfono – disfrutaba tanto de las ocurrencias de mis nenas que a veces tardaba en reaccionar por quedarme mirando sus travesuras, que para los 4 años que tenían, eran muchas.

–Vamos a llegar tarde al baile Cenicienta ¡Apúrate!

–No zzoy Zzenizzienta, zzoy Bella.

–Bella es mamá, tú eres Cenicienta y yo soy Esmeralda.

–¡Que no! Mi pelo ezz como el de mamá y ella también zze llama Bella.

–Entonces yo también soy Bella.

–Ezztá bien, un rato tú y un rato yo.

Empecé a repartir besos detrás de la oreja de Bella y se estremeció.

–Mmm, esta bestia quiere darte un poco de cariño Bella, vamos a dormir a estas pilluelas.

–Veo que has perdido el miedo, eso me gusta.

–Esto te va a gustar más amor…

***

BELLA’S POV

–¿Mamá?

–Dime mi cielo – pasaba mi mano por el pelo de mi pequeño en un inútil esfuerzo por controlarlo.

–¿Cuántos días faltan para ir con mi Lito Charlie? – me miraba muy serio – me duermo y me levanto, me duermo y me levanto muchas veces y no me voy con él a pescar… ¿Ya no voy a ir?

–Te tienez que dormir y levantar una vez máz y entoncez papá noz llevará ¿Verdad mamá? – dijo mi hermosa Sophie y abrazó a Alex, su hermanito más pequeño. Alex había llegado al mundo dos años después que Ryan y como todos nuestros hijos, nos llenó de ilusión saber que venía en camino y esperamos impacientes el momento de su nacimiento. Ya tenía 4 añitos y mis gemelas de 7, lo cuidaban como su bien más preciado.

Nuestros cuatro pequeños iban a pasar unos días con mi padre como lo venían haciendo desde hacía 2 años, éste sería el primero para Alex y estaba más que impaciente por ir con su “Lito” para que lo llevara a pescar.

–Así es grandulón, papi los llevará con el abuelo, debes portarte muy bien y obedecerlo a él y a abuelita Sue en todo lo que te digan ¿De acuerdo?

–Me quiero quedar a vivir con mi Lito Charlie y mi Lita Sue para ir siempre a pescar – anunció mi pequeño con decisión.

–¿Entonces quien va a cuidar de papi y de mami si te quedas con los abuelos, Alex? – hice un puchero exagerado.

–Tú me tienes que ayudar, yo no puedo cuidarlos solo – dijo mi valiente Ryan convenciéndolo... él y Alex eran idénticos, una copia fiel de Edward con mi color de ojos.

–¿Me vaz a dejar zolita Alexz? – Sophie imitó mi puchero y luego Sarah – ¿Y a mi?

–Papá ya está grande y se cansa – agregó Ryan tan maduro y protector para su edad.

–¡Hey! ¿A quien le dices viejo, Ryan? ¿A tu padre? – Sarah y Sophie se pusieron de pie para abrazar a Edward que llegó a media conversación haciéndose el ofendido pero levantó del suelo a Ryan elevándolo por el aire después de besar a sus bichitos.

–Está bien – aceptó Alex al fin – regresaré para cuidarlos ¿Verdad Ryan?

–¿Cuidarnos? – Edward me miró intrigado y le sonreí – ¿Ya tienen todo listo?

“¡Siii!” gritaron a coro mis 4 torbellinos.

Los niños se acostaron y ya descansábamos en nuestra habitación, relajados.

–Una semana para nosotros solos, señora – Edward me besaba el cuello y me rozaba con la nariz la mandíbula – ¿Está usted preparada para ser consentida por su marido?

–Más que preparada, estoy ansiosa…

–Podemos empezar con el tratamiento especial ahora mismo ¿Le gustaría?

–¿Gustarme? – reí – ¡Se lo suplico!

Edward se colocó sobre mi y con esa lentitud tortuosa empezó a besar mi pecho, llegando a mis senos.

–Mmm mis niñas, siempre tan hermosas y esperando por mi…

–¿Qué niñas? – la vocecita de Alex nos sorprendió y Edward se dejó caer sobre mi, ocultando la desnudez de mi torso –¿Qué le haces a mami papá?

–¡Alex! – dijo con nerviosismo – mami tiene un piquete de mosquito muy pequeño y no puedo verlo ¿Qué haces despierto cachorro?

–¿Puedo llevar a “Nano” conmigo? – No dejaba a su cocodrilo de peluche por nada del mundo.

–Claro que si cariño, ve a tu cama, en un momento estoy contigo – le dije suavemente y mi hijo salió a su habitación.

–Olvidé cerrar con seguro la puerta.

–Creo que me di cuenta – dije levantándome y poniéndome una bata.

–Vamos juntos, creo que está ansioso y nervioso por las vacaciones con Charlie.

Al día siguiente, me desperté temprano para cerciorarme que todo estuviera listo para el viaje de mis pequeñines. Edward los llevaría a Forks con las nanas que estaban con nosotros desde que nacieron Sarah y Sophie; confiábamos mucho en ellas y siempre iban con nosotros a todas partes cuidando a nuestra pequeña tropa.

Yo volaría a París para la campaña de cosméticos de Chanel. Ya no tenía exclusividad, pero hacía campañas ocasionales con ellos. Tampoco trabajaba como antes en desfiles, sólo aceptaba desfilar para eventos muy especiales. Todo mi tiempo, mi dedicación y mi esfuerzo estaba enfocado primero a mi familia y luego a la agencia de modelos que abrimos Jimmy, Rosalie y yo y por la que aún seguíamos viajando mucho, vigilando las oficinas que teníamos en los Estados Unidos y en varios países mientras íbamos también reclutando chicas. Era increíble el éxito que tenía la agencia que se había convertido en una de las 3 más importantes del medio porque nuestras modelos estaban tan preparadas y eran tan profesionales que todos querían trabajar con ellas.

–Mamá ¿Cuando volvamos podremos empezar a planear nuestra fiesta? – Sarah adoraba celebrar su cumpleaños.

–Por supuesto, ya estará aquí la abuela Reneé y junto con abuelita Esme y tío Jimmy estarán impacientes por ayudarnos – la abracé – dame un beso, ven.

–No estés triste mami, yo voy a cuidar a mis hermanos.

–No estoy triste mi cielo – llené de besos a mi Ryan – diviértanse mucho y pórtense muy bien con los abuelos – me despedí de mis hijos y el nudo en mi garganta se apretó al ver a mi pequeño Alex partir con su mochila en la espalda de la mano de su padre. Se iba feliz.

***

–Estoy agotado – Jimmy se tumbó en el enorme asiento de primera clase del avión que nos llevaría a París – tantos viajes están haciendo mella en este cuerpecito agraciado por todos los dioses del Olimpo. Necesito un descanso…

–¿Escuché bien? – me giré para mirarlo bien – ¿Tú diciéndome eso?

–Nunca pensé que llegaría el día en que te quejarías de esta vida llena de glamouur – Rose hizo un ademán exagerado.

–No me quejo, sólo digo que me gustaría viajar un poco menos – se encogió de hombros – quiero pasar más tiempo en casa, eso es todo. Creo que necesito ser más hogareño – lo miré extrañada.

–¿Te sientes bien? – toqué su frente bromeando.

–Perfectamente.

–Bueno – dije titubeante – podemos organizarnos ¿No? Jane y Tanya conocen bien el manejo de la agencia. Ellas podrían viajar más y nosotros dirigirla desde aquí; tendríamos más tiempo para dedicarlo a otras cosas…

–Claro, así podrías tener por fin tu tan ansiado programa… ¡Cómo el de Tyra! – se burló – de repente veremos a un puñado de adolescentes hormonales gritando por todas partes “Beella mail”

–¡Cállate Choo! – lo fulminé con la mirada.

–Yo aprovecharé y me haré un “arreglito” – nos confesó Rosalie – después de 3 hijos no pretendían que no me diera una ayudadita ¿No?

–¿Ya no piensan tener más hijos? – la miraba concentrada.

–No, ya con Danny, Leo y mi pequeña Lucy estamos muy bien – suspiró orgullosa.

–Hazlo Rose, además de levantarte el animo te levantará otras cosas ¿Verdad Bella? – la alentó Choo como lo había hecho conmigo un par de años antes.

–Tengo que reconocer que es cierto – admití sin pena – estos Cullen son muy intensos y el cuerpo se resiente después del tercer hijo. Créeme Rose, te vas a sentir muy bien y Emmett enloquecerá.

–¿Qué dijo Edward cuando le dijiste lo que querías hacer? ¿Cómo lo tomó?

–Muy bien, él sabía que era para subir mi autoestima, además no me hice gran cosa, solo regresé las cosas a su lugar original y mira, yo estoy muy contenta y Edward ni qué decir, después de dejar a los niños en Forks, me alcanzará en París para escaparnos unos días – sonreí pícaramente – es un adelanto de mi cumpleaños.

–Pues entonces apenas volvamos, pondré manos a la obra – se frotaba las manos contenta.

***

–Mmm no sabes cuanto deseaba esto Isabella – Edward me susurró al oído mientras mirábamos la imponente Torre Eiffel desde el balcón de nuestra suite – los niños felices con los abuelos y nosotros solos en París… sin interrupciones.

–Nos lo merecemos mi cielo – hice una pausa – ¿Sabes? Yo quisiera… intentar algo – dije un poco cautelosa.

–¿Ah si? ¿Y que es lo que quiere intentar señora?

–Esto… – saqué una edición de bolsillo de “Sexo Interesante” – Edward abrió los ojos desmesuradamente mientras lo ojeaba.

–¿Sexo interesante? ¡Bella esto es el Kamasutra en su máxima expresión! – me atrajo hacia él por la cintura – no puedo esperar para empezar a practicar…

–Tenemos varios días Ingeniero.

–Y los pienso aprovechar, créame señora, puede que de aquí en lugar de dos, regresemos tres… ¿No le gustaría?

–¡Edward!

***

–¡Rose te ves estupenda! – Alice la abrazó – creo que tomaré en cuenta esto después que nazca mi pequeña Alice.

–Uhh, Jasper perderá la razón – le guiñó un ojo.

–¿Y cuando estará lista tu colección Alice? – pregunté.

–La presentaré en la semana de la moda, aquí en Nueva York – la ayudé a sentarse – con esta pequeñuela dando tanta lata aquí dentro, prefiero no viajar. Será una niña muy traviesa, puedo verlo, nada comparado con mi pequeño Liam, es tan tranquilo…

–Como su padre – agregué mientras acariciaba la pancita de 7 meses de Alice.

–Parece que todo va de maravilla – suspiró Rose – la última pequeña de la familia llegará… que ternura.

–¡Ryan! ¡Deja de revolcarte en la tierra con Danny y Leo! – le grité a mi travieso – ¿Estás buscando lagartijas? ¡Deja de torturar a esas pobres criaturas!

–¡Niños! ¡Compórtense! – Rose me ayudó – ¿Dónde está Lucy?

–Jugando con las gemelas y Liam leyendo un libro de dinosaurios con Alex, todo bajo control – aseguré con la confianza que me daba ser madre de cuatro torbellinos.

–¿Dónde están mis enanos? – Carlisle salió al jardín con una bolsa de dulces para sus nietos – ¡Miren lo que les traje!

–¡Ya llegó el abuelo! – gritaron los niños olvidándose de arrastrarse en el césped buscando lagartijas.

–¡Mira abuelo! – Ryan le enseñó un frasco con varios animalejos – tengo muchas ¡Vamos a abrirlas!

Nos turnábamos en cada casa para hacer las parrilladas que tanto nos gustaban, aprovechando los últimos respiros del verano. Ese domingo, poníamos la larga mesa en nuestro jardín mientras Edward vigilaba el asador junto con Emmet, Jasper, la imperdonable cerveza en sus manos y sus chistes de hombres. Los niños corrían y se divertían mientras que nosotras platicábamos; los abuelos consentían a sus nietos y ellos se dejaban mimar. Mi sueño seguía haciéndose realidad… mi casa llena y mi familia feliz.

–¡Hola a todos! – Diego llegó saludando algo nervioso – traigo helado y pastel.

–Hola Diego ¿Y Jimmy? ¿Cómo les fue en sus vacaciones? – le di un beso en la mejilla.

–¿Nos trajeron algo de su viaje? – bromeó Rose.

Emm, Ho una buona notizia e una sorpresa – dijo apresurado – queríamos que estuviera toda la familia…

–¿Una buena noticia? – a Alice le brillaron los ojos.

–¿Una sorpresa? – mi cara se iluminó – ¡Dinos!

–¡Hola Diego! ¿Dónde está Jimmy? – Edward comenzó a caminar hacia nosotros.

–¡Aquí estoy! – Jimmy venía acercándose y traía algo cargando…

–Acérquense todos – Diego nos pidió mientras Jimmy colocaba una sillita de bebé sobre la mesa. Todos mirábamos atónitos a Diego ayudarlo a sacar de la sillita a una bebé lindísima con unos enormes ojos azules, preciosos.

–Chicos… – los miré sorprendida mientras todos nos acercábamos a ellos con una sonrisa en los labios – ustedes…

–Si Bella, ella es Cathy, nuestra hija ¡Ya somos papás! – Jimmy lloraba emocionado – fuimos a buscarla un poco lejos pero al fin ya la tenemos con nosotros.

–¿Non è mia figlia bella? – Diego la miraba extasiado.

–Yo… no entiendo ¿Por qué no nos habían dicho? – moví la cabeza confundida.

–Los trámites para adoptar bebés en Rusia son algo tardados y complicados, nos habían dejado sin bebé dos veces y ya habíamos perdido las esperanzas, hasta que la semana pasada nos llamaron para decirnos que una bebita de un mes esperaba por unos padres… sin pensarlo corrimos a buscarla ¿No es hermosa?

–Es muy linda chicos y ¡Qué bellos ojos! – Jasper le hacía muecas.

–¡Otra muñequita Carlisle! – Esme dijo emocionada – ¡Ven con abuelita Esme nena, ven! – le extendió los brazos y Jimmy se la dio.

En ese momento, me lancé a abrazar a Jimmy y lloramos juntos de alegría – Ya eres papá Jimmy Spencer, tendrás que comportarte de ahora en adelante.

–¿Comportarme yo? – rodó los ojos – te prometo que si Bella – todos reímos y felicitamos a los chicos.

–Diez nietos – dijo Emmett – las navidades y las vacaciones familiares se volverán…

–¡Estupendas! – Rose aplaudía feliz – todo el batallón completo a la playa el próximo verano.

–Ven aquí pequeña Cathy – Edward cargó a la bebé que había retirado de los brazos de Esme – yo soy tu tío Edward, el más guapo de todos ¿Verdad que si? – la cargaba con ternura – Bella…

Me llamó y lo miré, me hizo un puchero y rodé los ojos porque sabía perfectamente a qué se refería; no era posible que me estuviera insistiendo…

–Creo que soy el abuelo más feliz de todos – Carlisle hacía cosquillas a Cathy en las mejillas – me brotan los nietos como florecitas silvestres – tomó a la pequeña de los brazos de Edward – ya verás como te va a consentir el abuelo…

Eso era algo que ninguno de nosotros esperaba pero que sin duda alguna nos llenaba de alegría. Jimmy y Diego eran dos personas nobles, buenas y con un corazón de oro, lleno de amor para dar y qué mejor que a su propia hija. Ese angelito se merecía a esos padres y ellos se entregarían en cuerpo y alma para darle una vida feliz y plena.

***

EDWARD’S POV

–¿Puedo ir contigo?

–No es un lugar para ti cariño ¿Por qué no vas a jugar con Sarah? – mi dulce Sophie me miraba con esos verdes y tristes ojitos.

–Llévame papi, me guzta ir a laz obraz contigo – me insistió y me convenció batiendo esas lindas pestañas.

–¡Arg! De acuerdo, ponte esas condenadas botas de trabajo que te empeñaste en tener y abrígate bien – Bella me iba a matar por eso.

–¿En donde están tus hermanos? – pregunté antes de perderla de vista.

–Ryan eztá en el hozpital con el abuelo, Zarah jugando en la computadora y Alexz eztá leyendo un libro, como ziempre papá – respondió ansiosa por irse a cambiar.

–Bien – asentí – no te tardes Sophie.

–¿Papá…? – giré al escuchar esa vocecita que conocía muy bien.

–Dime cachorro ¿Qué pasa? – despeiné, si es que se podía hacerlo más, a mi hijo pequeño.

–¿Me prestas tu tarjeta de crédito? – casi se me salen los ojos al escucharlo – es que la necesito.

–¿Y para qué necesita un niño de 6 años una tarjeta de crédito?

–Necesito comprar urgentemente unos libros – dijo muy serio.

–¿Y de qué libros estamos hablando Alex? ¿Será Harry Potter o algo por el estilo? – lo miré levantando una ceja.

–No papá, esos libros son para niños, yo necesito comprar todos los libros de Robin Hood ¿Tú ya lo leíste?

–Si. Y no puedo darte mi tarjeta de crédito pero que te parece si en lo que baja Sophie, compramos esos libros para ti ¿Eh? – le ofrecí y se tiró sobre mi.

–¡Gracias papi!

–¿Qué le vas a comprar a Alex, papito? – mmm mi adorable Sarah…

–Solo unos libros que necesita cariño – la abracé.

–Yo necesito unas puntas nuevas de ballet… rojas – me especificó y suspiré, nunca pude contra el ballet, pero amaba ver a mis hermosas nenas bailar con ese porte y esa elegancia… definitivamente mis hijos me tenían tomada la medida.

***

–¿Y a mi no me compraste nada? – mi esposa frotaba su cuerpo contra el mío causándome un verdadero y doloroso problema.

–Perdóname amor, tus hijos me tuvieron muy ocupado todo el día de hoy pero te prometo que mañana te llevo a comprar algo que te guste… ¿Cómo qué se te antoja eh? – pregunté con voz ronca por mi creciente deseo por ella.

–Quiero que me lleves de nuevo al Mediterráneo – se puso a horcajadas sobre mí besando mi cuello y bajando… – quiero hacer ese viaje de nuevo Edward, llévame…– me estremecí al sentir como su boca descendía por mi pecho y buscaba ávida mis tetillas.

–Espera, voy a ver que los chicos estén dormidos – traté de hacerla a un lado pero me detuvo acostándome con fuerza en la cama.

–Ya fui a cerciorarme de eso, no tienes nada de qué preocuparte, solo déjate llevar…

Cerré los ojos con fuerza al sentir mis tetillas erectas y mi miembro ya dispuesto a dar batalla; no podía soportar mucho tiempo las caricias previas de mi mujer, Bella, me volvía loco y esa locura iba creciendo al dejarme envolver por el deseo que ella me demostraba cada noche en nuestro lecho… la punta de su lengua se movía repetidamente sobre una de mis tetillas y yo gemía de placer mientras sus dedos húmedos copiaban la misma acción del otro lado de mi pecho. No contenta con el efecto de sus caricias, metió una de sus piernas entre las mías para rozar mi erección adolorida, deseosa de perderse de una vez en ella.

–Ahh Bella… – dije su nombre en un gemido pero pareció no haberme escuchado porque su boca continuaba prodigándome esas estremecedoras caricias. Había bajado una de sus manos hasta mi miembro y lo oprimía provocándome un lujurioso deseo de tumbarla bajo mi cuerpo y penetrarla una y otra vez hasta dejarla sin fuerzas y hacerle olvidar hasta su nombre…

–Me estás matando, Isabella… – pronuncié con dificultad pero ella seguía absorta en su labor desencadenando una oleada de placer arrolladora – sigue – le rogué y con una destreza que sólo le daban los años de práctica, se deshizo de mis bóxers, dejándome desnudo y dispuesto a rendirme a sus caprichos.

Si su intención era borrar toda la cordura de mi ser, entonces estaba surtiendo efecto. Ya no pensaba con claridad y estaba a merced de sus caprichos. Bella descendió por mi torso y se ubicó frente a mi erección tomándola entre sus manos, acariciándola y haciendo que se dispararan millones de toques eléctricos por todas mis terminales nerviosas al rozar su punta con la lengua.

–Mmm mi travieso favorito – se humedeció los labios y me tomó entero entre su boca. Grité su nombre olvidándome de ser discreto ¿Cómo podría serlo con semejante asalto? Llevé por completo la cabeza hacia atrás disfrutando de la tibieza de su boca embestirme una y otra vez, tomándome sin restricciones, haciéndome suyo, marcándome como su propiedad.

Un jadeo más abandonó mi boca y una de sus manos apresó mis testículos logrando que arqueara mi cuerpo. Bella bajó el ritmo de su extasiante ataque y con mucha lentitud comenzó a pasar su lengua por todo lo largo de mi erección, lamiendo cada centímetro de ella. Tenía cerrados los ojos, por lo que me sorprendió el tirón de brazos que me dio una vez que soltó mi miembro, se desnudó rápidamente, se acostó en la cama y ya estaba listo para acomodarme entre sus piernas y enterrarme en ella, pero se movió rápido resbalando entre las mías dejándome a horcajadas sobre ella, y mientras hacía un esfuerzo por reaccionar, Bella juntó a mis preciosas niñas con sus manos en una invitación a la cual no me pude negar.

Abrí un poco más mis rodillas y quedé a la altura indicada; tomé mi pulsante virilidad y la ubiqué entre esas hermosas redondeces; Bella me aprisionó con ellas y me moví como si lo estuviera haciendo dentro de su cuerpo.

–Dime algo… en ruso Bella – dije entre jadeos.

–No… hablo… ruso – murmuró con dificultad.

–¿Estás… segura?

–Sí.

–No parece… ésta… es la… más bella… poesía en ruso… que me has… dicho amor…

Eso bastó para acercarme a mi límite, pero no quería llegar hasta él sin haberle dado aunque fuera un solo momento de placer. Me retiré de su pecho y me senté en la orilla de la cama con ella en mi regazo y dándome la espalda; mantuve abiertas sus piernas con las mías y con un fiero embiste la penetré como lo había deseado momentos antes, duro, entrando y saliendo de su cuerpo, con fuerza, haciendo que con cada intromisión de mi miembro su cuerpo temblara. Un grito ahogado en su garganta me dejó saber el grado de placer que le estaba proporcionando y estaba mucho más que satisfecho con mi desempeño.

Mis manos descansaban en sus caderas guiándola a través del ritmo frenético que marcaba con mis arremetidas. Bella llevaba sus manos hacia atrás tratando de tocarme pero los brincos que le hacía dar con cada uno de mis embistes se lo impedían. Yo ya me encontraba al borde y quería llegar junto con mi mujer, explotar unidos, estallando en éxtasis… lo necesitaba, la necesitaba vibrando y cerrándose alrededor de mi erección compartiendo el mismo apabullante orgasmo.

Por delante de su cuerpo, bajé una mano y busqué su clítoris para hacer círculos sobre el hinchado nudo acelerando su liberación y entonces su cuerpo se tensó; ya no reprimí el orgasmo en mi cuerpo, lo dejé ir y pude sentir a Bella convulsionando junto conmigo. Una muerte pequeña se apoderó de nuestros cuerpos al llegar al clímax, abandonándonos a la más pura y deliciosa entrega. Esa noche fuimos uno varias veces más, como si fuera novedad el que nuestros cuerpos se descubrieran y se amaran. Innegablemente, sabíamos que siempre sería así. Bella siempre había sido la mujer indicada para mi, nunca había existido otra; entregada, complaciente, fuerte y delicada. Terca y persistente, empeñosa, decidida y fiera guerrera cuando de proteger a su familia se trataba, mi Bella, mi única niña Bella…

***

–¿Qué haces, Ryan? – le pregunté al entrar a la habitación de mis pequeñas y verlo arrodillado frente a ellas que estaban sentadas muy juntitas en la cama.

–¡Nada, papá! – se puso de pie llevándose las manos hacia atrás, escondiendo algo.

–No me mientas ¿Qué haces…? ¿Qué pasa aquí? – gruñí enojado. Sarah y Sophie me miraban asustadas y bajé la mirada a sus pies…

–Mis hermanas están… muy… lastimadas… y les estaba poniendo… una pomada – declaró mi hijo.

–¡Se acabó el ballet! ¡No más! – grité furioso al ver los pies ampollados de mis hijas.

–¡Pero papá! – se quejaban mis pequeñas.

–A nosotras nos… gusta – dijo mi linda Sarah con los ojitos llorosos.

–Zi papi, déjanoz por favor, Ryan noz cura ziempre – confesó mi dulce Sophie.

–¿Siempre? – mi enojo fue creciendo.

–Sí papá, yo las cuido y las curo muy bien cuando se lastiman – mi hijo tan protector salió en defensa de sus hermanas – el abuelo Carlisle me enseñó.

–¡No! Hablaré con su madre y no quiero volver a oír nada de esto – les advertí a los tres que me miraban temerosos por mi efusivo arranque – y ustedes dos, tiran ahora mismo a la basura esas p… ¡zapatillas!

–¡No!… ¿Papi…? – la vocecita de Sarah.

–¿Por favor…? – la de Sophie.

¡Arrgg! Odiaba ser tan blando con mis pequeñas.

–¿Por qué son tan masoquistas mis dulces ovejitas? – me rendí y vi sus caritas iluminadas.

–¡Gracias papi! – se pusieron de pie haciendo muecas de dolor y me abrazaron.

–No se levanten. Ryan termina de curar a tus hermanas – le ordené aún algo enojado – vas a estar al pendiente de ellas ¿De acuerdo? – asintió muy serio y orgulloso aceptó la encomienda que le hice. Le despeiné un poco su cobrizo y rebelde pelo y sonrió.

¡Mis hijos! ¡Mis hijos! ¡Cómo los quería! Sonreí y negaba un poco con la cabeza de camino a mi habitación buscando a Bella. Necesitaba saber todo lo que ocurría a nuestras espaldas.

–¿De que te ríes papá? – ¡Carajo! La voz de mi conciencia siempre me sorprendía.

–¡Alex!

–Papá ¿Me llevas al cine? – me miraba con esos ojos como los de su madre y siempre me daba la impresión de que tenía estudiadas cada una de mis reacciones, como esperando el mejor momento para atacar… ¿Atacar? Ya estaba delirando.

–No cachorro ya es tarde y tengo unas cosas pendientes con tu madre – seguí caminando con mi hijo pegado a mis talones.

–¿Puedo pedir una pizza? – me miró levantando una ceja.

–Alex ¿No crees que eres aún pequeño para querer hacer compras por Internet y por teléfono? – puse la mano sobre su cabeza.

–¡No! Ya tengo 7, no soy ningún pequeño – me respondió algo enojado.

–Está bien, toma – le di un billete – pídeme una de pepperoni con setas y doble queso, una vegetariana para tu mamá y ustedes pidan lo que quieran – tomó el dinero y salió disparado hacia la habitación donde estaban sus hermanos.

–¿Isabella? – la llamé cerrando la puerta de nuestro dormitorio tras de mi – ¡Isabella!

–Hola cielo ¿Cómo te fue? – salía de darse un baño.

–Las gemelas tienen los pies ampollados por el puto ballet – espeté con mi enojo de vuelta – ¡Y Ryan las cura como le enseñó mi padre! ¡Es su cómplice!

–Ya los descubriste,  ¿eh? – me preguntó tan tranquila y mi ira aumentó al descubrir que me lo ocultaban.

–No puedo creerlo Bella, tú solapando algo que sabes que me enfurece.

–¿No te das cuenta? – me miró seria – eso se llama disciplina, compromiso y responsabilidad. Nuestras hijas son disciplinadas y se esfuerzan por ser las mejores en algo que les gusta mucho, tienen ese compromiso con ellas mismas y Ryan lo tiene por proteger a sus hermanas y se hizo responsable él sólo de curarlas, como tú lo hacías conmigo ¿Recuerdas? – asentí sin ganas.

–Los chicos están creciendo ¿Eh? – aún no terminaba por aceptarlo. Bella asintió y se pegó a mi pecho.

–Y lo están haciendo muy bien. Somos muy buenos papás, tenemos unos hijos maravillosos.

–No quiero que crezcan, quiero tenerlos siempre con nosotros Bella.

–A mi también me gustaría eso cielo, me gustaría mucho…

***

BELLA’S POV

–Por favor Jimmy, tranquilízate; aún faltan varios meses…

–No puedo Bella, no puedo – lloriqueaba – sólo la idea de dejarla me mata… es muy pequeña para ir a la escuela.

–Te entiendo mejor de lo que crees, yo misma me sentí fatal el primer día de las gemelas y Edward… se deprimió y se pasó los 3 primeros días esperando la hora de la salida en el auto ¿Recuerdas?

–Pues Diego no está mejor que él, quiere hacerse el fuerte pero a medida que se acerca el día, se va quebrando como yo… ¿Qué vamos a hacer?

–Ustedes van a dejar de ser tan aprehensivos con Cathy y la van a llevar muy contentos a la escuela cuando llegue el momento, que vea que están alegres, así no sentirá que es algo malo, porque esa es la idea que le transmitirán si los ve sufrir…

–Ay Bella, que sabia eres…

–¿Sabia? ¡Tengo 4 hijos Jimmy! Y con un padre que no quiere verlos crecer… eso si es trágico – confesé.

–Deberían tener otro hijo – dijo como si nada – Edward es tan niñero, tan buen papá, solo mira como consiente a Cathy cada vez que la ve; otro hijo lo volvería loco y su problema estaría resuelto.

–Jimmy, no se tienen hijos para solucionar problemas, se tienen porque se desean, además Edward no tiene ningún problema, solo necesita comprender que los hijos crecen, son prestados, a mi también me duele pensar que un día volarán pero creo que puedo entender eso mejor que él, sólo me gustaría que no decidieran irse de casa tan temprano como yo lo hice…

–Pues empieza a prepararlo psicológicamente porque hace unos días escuché a Sarah y a Sophie decir que querían pasar el verano en una escuela de ballet… en Rusia.

–¿¡Que!? – pregunté exaltada.

–Sí, al parecer tus pequeñas quieren tomar un curso de verano con los mismísimos maestros del Bolshoi.

–¡Pero son muy pequeñas, apenas tienen 12 años Choo! ¡No pueden ir solas a un lugar tan lejano!

–Cálmate Bella, que vea que están contentos, así no pensarán que es algo “malo”, no les transmitan una idea equivocada… – dijo lleno de ironía el muy…

***

Tres meses después nos despedíamos de nuestras hijas en la “Academia Rusa de Ballet”. Yo estaba con el corazón en la boca y las emociones a flor de piel. Edward simplemente estaba a punto del colapso. No concebía la idea de dejar a sus hijas en un país extraño para tomar un curso de lo que él consideraba un atentado contra la salud. Sólo se le borraba esa errónea concepción cuando las veía en el escenario bailar con esa gracia y soltura que todos decían que habían heredado de mí.

Ese era el primer verano que nuestros hijos estarían separados porque Alex iría a Phoenix con mi madre y Phil, y Ryan junto con Danny y Leo, habían querido ir a un campamento para aprender equitación a Wisconsin. Teníamos que alegrarnos de que nuestros hijos fueran seguros de sí mismos e independientes, aunque doliera verlos crecer…

Yo me organicé para estar libre de compromisos de la agencia y poder acompañar a Edward. Iba a comprar acciones de Van der Rohe, la constructora alemana para la que había trabajado al principio de su carrera y que era la más importante de ese país. Cullen Engineering & Co., se había consolidado y crecido tanto, que ya no solo estaba entre la lista de las 10 constructoras más importantes del mundo, sino que se situaba entre las primeras 5. Su empeño y dedicación los había colocado ahí y él y cada uno de los trabajadores se habían ganado a pulso ese lugar en el ranking y ese prestigio, el cual aumentaría con la adquisición de las acciones de Van der Rohe.

–Estoy tan feliz por usted Ingeniero que le concedería cualquier deseo que me pidiera…

–¿Está usted segura señora? – enarcó una ceja – no me gustaría que después se arrepintiera.

–Estoy segura, no hay nada que usted desee que yo no – sonreí sensual.

–Tenga cuidado y piénselo dos veces, usted sabe que es lo que quiero y desde luego no es cualquier cosa…

–Edward…

–¿Sí?

–Cállate y hazme el amor…

***

–Ay Bella – mi madre me abrazó – no puedo creer que ahora estemos despidiendo a Ryan, mi principito ha crecido tanto, ya es todo un hombre ¡Y mis princesas! Hace ya un año que nos despedimos de ellas; se pasa tan rápido el tiempo… un año en la universidad – suspiró.

–Mamá no digas nada, no quiero llorar y hacer sentir mal a Ryan, ya sabes cómo se preocupa y quiero que se vaya contento.

–¿Y Edward?

–En el despacho, le cuesta tanto desprenderse de los chicos… – suspiré – no sé como se pondrá cuando llevemos a Robbie y a Maddy a su primer día de escuela.

–Aún no puedo creerlo Isabella ¿¡Cómo es que tengo otro par de nietos de 3 años!?

***

–¿Cómo estás? – le pregunté abrazándolo por detrás.

–Nunca dejará de ser difícil – levantó la mirada – primero mis pequeñas, luego Ryan, Alex pronto se irá también y hoy tuve que dejar en esa fría escuela a mis pulguitas… creo que soy un poco posesivo con lo mío.

–Menos mal que ya te diste cuenta cielo; ya va a ser hora ¿Vamos por los niños?

–Gracias Bella…

–¿Gracias? ¿Gracias por qué, Edward?

–Por tu gran corazón, por tus obras benéficas y por mis pequeñines… me hace muy feliz que sean nuestros hijos.

–Y a mi me hace muy feliz que los hayamos adoptado – se giró y me besó en los labios – desde que los vi en ese orfanato, recién nacidos, tan indefensos, supe que no podría dejar a mis gemelitos ahí, tenía que traerlos a casa.

–A donde corresponden amor.

***

–No creo estar preparado para esto, Isabella – se pasaba la mano por su aún rebelde cabello cobrizo que ya se pintaba en las sienes de canas – no voy a soportarlo.

–Claro que si podrás, sólo imagina como recibió mi padre la noticia cuando le dijiste que vivíamos juntos.

–¿Viven juntos Isabella? – abrió los ojos desmesuradamente – dímelo ¿Mis hijas viven con esos que dicen ser sus novios?

–No Edward… – “No todavía” pensé. Mis hijas me lo dirían, nos teníamos tanta confianza que en lugar de que fuera un compromiso para ellas darme la noticia, sería compartir su dicha y su alegría conmigo, y después de que yo les ablandara el camino, se lo dirían a su padre. No antes.

–¿Cómo puedo estar seguro de eso?

–¿No confías en ellas? – lo miré frunciendo el ceño.

–En ellas si, en quien no confió es en ese par de mozalbetes.

–Edward, ¿Tú crees que para los ellos es fácil? Ni para Sarah ni Sophie es lo más sencillo traer a sus novios sabiendo como te pones y lo celoso que eres, ahora imagínate como deben estar esos pobres chicos… ¡Muertos de miedo! Porque es seguro que ellas ya les habrán contado como les has espantado a los novios antes y aún así aquí están, dándonos la cara y presentándose con toda la formalidad para que tanto tú como yo, estemos tranquilos de saber que son unos chicos serios, responsables y que respetan a nuestras hijas.

–No es fácil Bella…

–Tú lo has dicho cielo no es fácil, así que haremos un esfuerzo – dejé un beso en su frente – ahora bajemos y hagamos felices a nuestras hijas demostrándoles una vez más cuanto las queremos y cuanto confiamos en ellas y en esos chicos… vamos – me colgué de su brazo – ah por cierto, también Ryan y Alex traerán a sus novias – me regaló una sonrisa y salimos de nuestra habitación.

Nuestra casa fue por un año más, la sede de la cena Noche Buena. Estaba muy iluminada, hermosamente adornada y llena de gente por donde quiera que se mirara. La familia había crecido tanto que ya hasta se me hacía pequeña, pero así era como se sentía mejor ese calor de hogar.

–¡Gracias papito! – escuché a mis hijas – ¡Eres el mejor papá!

–¿Ah si? – Edward miraba con adoración a las chicas.

–¿Quién es el papi más guapo?

–Si no las conociera pequeñas, juraría que me están adulando y que quieren algo de mi – besó a cada una en sus coronillas.

–No papi, ya tenemos tu confianza y ese es el mejor regalo de navidad que pudiste habernos dado…

–Siempre la han tenido mis bichitos, anden, vayan con ese par de chicos que ya están desesperados porque vuelvan a su lado.

Me acerqué sigilosamente a él una vez que estuvo solo.

–Ellas tienen razón… eres el mejor papá del mundo y el más guapo – intenté sonar sensual.

–¿Todavía me considera guapo, señora? – me atrajo a su pecho.

–Mucho más de lo que usted se imagina, Ingeniero – rocé sus labios con los míos.

–¡Eso es lo que necesitaba escuchar! Ya me estaba empezando a sentir un poco viejo con una hija ingeniero como yo, una diseñadora gráfica, mi hijo un excelente doctor y el otro que será un gran abogado… es demasiado para este pobre hombre y eso sin pensar en todo el camino que me falta por recorrer con los dos que aún tengo en el kinder… – me robó un beso intenso – pero creo que sobreviviré.

–¡Esa es la actitud! – bromeé – por cierto Robbie y Maddy ya están en la cama esperando que vayas a darles el beso de buenas noches cielo, quieren dormirse para levantarse temprano y abrir los regalos de Santa.

–Vamos juntos amor, así nos escabullimos un rato y te adelanto el tuyo – mordisqueaba el lóbulo de mi oreja, acelerando mis latidos.

–No podemos tardarnos, todos se preguntarán por nosotros – le advertí.

–Te prometo que será… un rapidín.

–¡Oh por Dios! ¡Consigan un cuarto!

–¡Alex!

–¿Cuándo será el día que no andes de sigiloso sobresaltando a tu padre?

–¿Qué sucede? – Ryan se acercó.

–Hermano por favor, explícame cómo nuestros padres a su edad aún tienen… ah tú me entiendes – Alex hizo una mueca indescriptible.

–¿En serio? ¿Papá? ¿Mamá? – Ryan nos miraba divertido y yo me ruboricé como hacía mucho que no me sucedía.

–¡Respeto niños! – Edward les demandó – respeto que somos sus padres.

–¿Reunión familiar? – preguntaron Sarah y Sophie.

–Ustedes vayan con sus novios y novias antes de que me enfade – los amenacé.

–Ya oyeron a su madre, vayan…

–¿Mami? ¿Papi? – nos giramos para ver a los gemelos que estaban de pie junto a nosotros.

–¡Ah! La familia completa – dijo Alex mientras él y Ryan cargaban a los pequeños – tápense los oídos y los ojos, esto es de adultos – les susurró al oído.

–¡Alex!

***

Era tan común escuchar que con el pasar del tiempo, un matrimonio perdía todo ese encanto y fascinación de los primeros meses. Que la ilusión iba desapareciendo al igual que el deseo entre las parejas. “La convivencia diaria y los hijos acaban con toda esa magia, el amor se va convirtiendo en cariño y el cariño en costumbre…” decían muchos, pero éramos muy afortunados porque al contrario de como se afirmaba, nosotros seguíamos más enamorados que nunca y el deseo que sentíamos crecía más y más cada día. Nos amábamos tanto…

–¿Le está gustando su regalo de navidad, señora Cullen? – Edward me daba una copa llena de frío y burbujeante champagne.

–No sabe cuanto – le confesé – se lo había pedido tanto a Santa…

–Bueno, perdónelo, estuvo muy ocupado todo este tiempo pero al fin se lo pudo traer – se recostó a mi lado en un camastro sobre la cubierta del yate.

–Ha llegado en el mejor momento – me coloqué a horcajadas sobre él – ¿Quiere que le ponga bloqueador?

–¿Está usted conciente de lo que puede provocar con eso? – me miró levantando las cejas repetidamente.

–Plenamente conciente – me incliné y rocé mis senos en su pecho – y creo que deseo provocarle muchas cosas más…

–Dios Bella, no hagas eso que tendré que tirar a toda la tripulación por la borda – dijo en un gemido.

–No sería mala idea porque quiero hacer el amor aquí cada noche que pasemos en este yate – pasé mi lengua por su cuello.

–Ese es un deseo que le puedo cumplir muy fácilmente – murmuró con dificultad.

–Ah ¿Qué más podría pedirle a la vida?

–Se me ocurren un par de ideas, algunas puedo llevarlas a cabo en un rato – su voz ronca me erizó la piel.

–Cómo por ejemplo…

–Como arrancarte con los dientes este bikini, que te queda maravillosamente bien y después hacerte el amor hasta dejarte sin sentido.

–Mmm me parece perfecto ¿Alguna otra idea? – pregunté traviesa.

–Si, pero con esta me tardaré mucho, mucho más.

–¿Y cual es?

–Amarte Bella, amarte por toda la eternidad…*



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Gracias PattinsonWorld!!!

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Bua bua bua bua bua, snif, snif, snif, triste, triste, triste.......... y una ovacion de pie mujer!!!!! k barbara, k gran historia, me gusto, encanto, me hizo llorar, emocionarme....... en fin, k te puedo decir, soy tu fan y espero con ansias otra gran historia.....muy pronto.
Saludos.
atte. Jess
p.d. wuiiiiiiiii soy la primera en leer el capitulo, valio la pena la desvelada esperando.

CRIS dijo...

bravo!, bravo! mis felicitaciones, ha sido maravilloso el capitulo final!!! yo quiero una familia así!!!!
como ya te dije la historia ha sido preciosa y llena de todo lo que una buena historia debe tener, te admiro y te seguiré en tus próximas y espero prontas historias nuevas.

besos

nydia dijo...

OMG dios pero que final mas hermoso me encanto mucho y te felicito x que lo hiciste genial....Sigue asi...Besos..Cuidate.

maddy dijo...

aww...te juro q casi lloro de lo maravillosa q esta simplemete es el final perfecto para esta historia...muero x leer la q sigue
ademas creo q apartir de ahora este edward es el perfecto ejemplar d hombre q quiero para mi q dificil me lo pusiste jaja pero ni modo aunq pensandolo me conformo con rob jajajaja ....ADORE ESTA HISTORIA LI GRACIAS X ESCRIBIRLA

Anónimo dijo...

WAOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!.. Enserio eres gradiosa, me encantooo!!!. como es que puedes hacer algo asi?. Exelente historia, muy buenaa, y como describe ttodo como si fuera real!. Espero que la otra historia sea asi o mejor, y porfis dinos el nombe de ella, ojala que las hagas pronto y que sea super exelente como esta y que dure mucho :).Cuidate y te deceo MUCHA SUERTE!!! <3<3<3

joli cullen dijo...

DIOS LA MEJOR HISTORIA DE TODOS LOS TIEMPOS GRACIAS CHICA

dracullen dijo...

snif, snif, snif!! bueno esto tarde o temprano iba a suceder, definitivamente una gran historia, me encanta, esta en mi ranking de las mejores 5, ya ni se ke decirte, simplemente te doy las grax por hacer de mis tardes mas interesantes, saludos. espero que pronto nos sorprendas con otra historia, tienes mucho talento, no lo olvides. saludos :D

Nani-PattinsonWorld dijo...

Graciasssssssssss Li, no sabes como he disfrutado cada momento, cada capitulo, cada foto ... de tu fic, no cabe ninguna duda que te lo has currado mucho. Gracias por tu tiempo y por ser tan especial. Te quiero nena y espero el proximo ... lo sabes verdad ?
Un besazo enormeeeeeeeee

Tere dijo...

Te felicito,me ha encantando la historia, he reido y llorado y todo eso lo has transmitido con tu escritura deverias intentar hacer alguna novela ...creo que se te daría bien un abrazo.

Ms.ASS dijo...

que belleza de epilogo!

yolanda dijo...

M.GRACIAS AMOR POR ESTE CIERRE DE LUJO LEERLO A SIDO UN AUTENTICO PLACER,UN SUEÑO....ADEMÁS Q HAS HECHO REALIDAD UN SUEÑO Q M PERSEGUÍA DESD Q LEI AMANECER Y NADIE A ESCRITO Y ES VER A EDWARD Y BELLA DISFRUTANDO D SUS HIJOS,EDUCANDOLES,VER SUS SENTIMIENTOS EN CADA ETAPA D CRECIMIENTO..EL MOMENTO DE EL NIÑO CURANDO A SUS HERMANAS,COMO LO TOMA EDWARD TAN PROTECTOR LO Q LE DICE BELLA PARA Q RAZONE...AYYYYY...HERMOSISIMO Y EL MOMENTO RUSIA Y EDWARD AL BORDE DEL COLAPSO POR DEJAR A SUS PEQUEÑAS ALLÍ...LA ADOPCIÓN UN DETALLE HERMOSO Y LLENO DE GENEROSIDAD Y AMOR,HAY TANTOS NIÑOS NECESITADOS Y CUADRA ESE DETALLAZO CON LA PERSONALIDAD D NTRA HERMOSA PAREJA..EL MOMENTO NOVIOS/NOVIAS,JAJAJAJA EDWARD NUEVAMENTE AL BORDE D UN ATAQUE,JAJAJAJA Y BELLA AYUDANDOLE A VER LAS COSAS Y EDWARD DEMOSTRANDO SU CONFIANZA Y AMOR....EL MOMENTO EN LA COCINA CON TODOS LOS HIJOS,Q CONVERSACIÓN TAN GRACIOSA........Y ELLOS MARAVILLOSOOOOOOO COMO CONTINUAN AMANDOSE MAS Q EL PRIMER DÍA A NIVEL EMOCIONAL Y FISICO SIN NECESIDAD D ENGAÑOS,MAS BIEN DISFRUTANDO JUNTOS D LA FAMILIA Q HAN CREADO Q SON SU VIVO REFLEJO DE EDUCACIÓN,CONFIANZA,AMOR,RESPONSABILIDAD Y LEALTAD.....Y EL FINAL EN ESE BARCO GUAUUUUUUUUUUUU LAS PALABRAS FINALES HAN SIDO PRECIOSISIMAS NO E PODIDO DEJAR D LLORAR ANTE UN CIERRE TAN HERMOSO LLENO D TALENTO Y BRILLANTEZ...M.GRACIAS POR TU ESFUERZO Y AMOR.....DSD MADRID UNA AMIGA Q NO NECESITA VERTE PARA QUERERTE PUES A TRAVÉS D TUS PALABRAS A NOSOTRAS Y TU FORMA D ESCRIBIR CON TANTO SENTIMIENTO EN CADA LINIA SE VE LA PERSONA TAN HERMOS Q ERES...HASTA PRONTO CIELO DESCANSA Y AQUI ESTAREMOS PARA CUANDO QUIERES REGRESAR CON LAS PILAS RENOVADAS DESPUES D ESTA OBRA MAESTRA..BSSSSSSS

Daniella dijo...

sin palabras!! gracias por todo!!

Sandy dijo...

me encanto el fic, eres una excelesnte escritora, ojala y tus vacaciones no duren mucho para que puedas regalarnos un nuevo y hermoso fic.
este blog me encanto por que aparte de la preciosa historia teniamos las fotos y eso fue mas que genial, ojala y el prox sea igual
besos mucho sy muchas felicidades

Anónimo dijo...

AS...

EXCELENTE HISTORIA ... SIN DUDA DE LAS MEJORES QUE SE PUEDE LEER EN EL FF... CON TODOS LOS INGREDIENTES PARA QUE ALGUIEN SE QUEDE ENGANCHADO SON ELLA...