lunes, 28 de junio de 2010

CAPITULO 2



CAPITULO 2

Salí furiosa del elevador y como pude metí la llave para abrir mi puerta. Era el colmo. Que pasaba por la hueca cabeza de ese tipo? Reconozco que tenía frío y que acepte tomar su mano. También que me quede dormida en su auto, pero eso no le daba ningún derecho para otra cosa, ni siquiera de pensarlo.

A mi paso fui dejando el bolso, uno a uno tirados mis zapatos y el abrigo. Ya en mi habitación, brincaba de un pie al otro quitándome las medias y después el vestido, que también avente en una silla. Me dirigí al baño a quitarme el poco maquillaje que llevaba. Aunque estuviera furiosa no me acostaría a dormir con la cara maquillada. Seguía muy molesta y pensando en las incoherencias que me había dicho ese tipo.

“¡Niñita!” ¡Que no pasaba de tener 17 años! ¡Por favor!

Y bueno, estoy de acuerdo que ese es el sueño de toda mujer, aparentar menos edad, y cualquiera se hubiera sentido más que halagada con ese comentario, pero en este caso resultaba todo lo contrario. El comentario era para ofenderme. El lo había dicho en ese sentido y yo lo había entendido muy bien.

Me había llamado niña inmadura. Miedosa. Que no sabia reconocer a un hombre cortes. ¡Niñita!

Y todo por culpa de Rosalie, pero me las iba a pagar y como me iba a cobrar. Esa rubia no tenia ni idea. Como se le ocurrió dejar que Edward me trajera a casa. Y a Emmett y Alice, ¿Como pensaron dejarme sola con el barbaján de su hermano? Bueno era su hermano ellos jamás pensarían mal de el, eso podría entenderlo, ¿pero Rosalie?

Ella no lo conocía, por mucho que fuera su gran cuñado no sabia mucho de el, y no le importo, me mando sola con ese tipo.

Bien me lo decía siempre mi madre: “El mundo esta lleno de gente mala Bella, ten cuidado y mantén los ojos bien abiertos” y si, ahí fue donde yo falle. Me quede dormida en su auto y quiso aprovechar mi descuido. ¿Pero como pude hacerlo? nunca me imagine que me quedaría dormida, tampoco me imagine que llegaría a sentirme tan cómoda en sus brazos y en su compañía. Algo raro me sucedió y por lo tanto cometí un error. Un error que jamás me Daria el lujo de volver a repetir.


Retire los almohadones y jale el edredón junto con las sabanas y me metí debajo de ellos. Cerré los ojos y me dispuse a poner en blanco mi mente y dormir. Necesitaba descansar bien, sin preocupaciones.

Tenía manos suaves y no era nada tosco, lo sentí cuando me acariciaba la mejilla. Y sus labios, si, si rozaron mi cuello, eso no lo soñé. Su voz seductora y su olor... No habían pasado ni 10 segundos y ya tenia a Edward Cullen invadiendo mi mente.

--¡Maldición! – tenia que sacarlo de ahí. Me moví hacia el otro lado de la cama y respire profundo. Olía a limpio, pero no al limpio de Edward de lavanda, almizcle y maderas, ese olor que envolvía su cuerpo y que por un par de minutos me envolvió a mí. No, este era un olor limpio pero vacío.

“Isabella Marie Swan, estas seriamente afectada”, pensé. Es el coraje, solo es por eso. Y después de tantas vueltas, me quede dormida.

Caminaba por un largo pasillo, que se me hacia familiar. Muy largo y vacío, de repente un timbre y salían chicos por todas partes y se llenaba, no se podía dar ni un paso y yo estaba en medio de todos ellos. Ninguno me tocaba y era como si no pudieran verme, como si fuera invisible. En un instante se volvió a quedar vacío y llegue al final donde había un gran ventanal y pude ver mi reflejo en el. Estaba vestida con una falda a cuadros y una blusa blanca, tenias calcetas y zapatos… ¡escolares!

¡Tenia puesto un maldito uniforme escolar! Como Britney Spears en su primer video. Y detrás del ventanal un hombre alto, de cabellos color bronce y ojos verdes se burlaba de mí…

Me desperté sobresaltada y agitada. Molesta. No será un buen día. Vi el reloj de mi mesita y apenas eran las 6:30 am. Salí de la cama y fui a darme un baño para despertar bien. Caía el agua tibia por mi cuerpo, me gire para que me cayera por la espalda y destensara mis músculos contraídos. Mientras corría el agua algo me vino a la mente y sonreí. Después de todo, no seria tan mal día.

Saque ropa interior cómoda y un buen bra para hacer ejercicio. Mis pants grises y una camiseta blanca pegadita. También una chamarra que me quedaba holgada. Ya hacia mucho frío y yo ¡demonios!..

¡Era friolenta!

A las 7:30 en punto sonó mi celular.

--¡Bella divina! – escuchar a Jimmy con tanta energía amplio mi sonrisa.

--Choo, hermoso, ¿ya listo? – le dije con igual entusiasmo – ya voy de salida, ¿paso por ti?

--¿Que ya estas lista? – ¿no me creyó o que?

--Sip, voy saliendo y espero que mi auto funcione después de tanto tiempo sin moverse – me reí.

--Si, si, pasa por mi, estoy listo en 30 minutos, adiós – y corto.

Baje al estacionamiento donde estaba mi adorada SUV Volvo XC60, negra, hermosa. Adoraba esa camioneta aunque no la manejara tan seguido por el trabajo. Ahora que lo pensaba, el hombrecito aquel, también tenia un Volvo, aunque eso no implicara que tuviera buen gusto, seguía siendo un barbaján con un buen auto, eso era todo.

Me subí, me recosté en el asiento de piel y cerré los ojos. Una sonrisita se dibujo en mis labios. Encendí el motor, saque mi Ipod y seleccione una canción de Aerosmith, ‘Janie’s got a Gun’. Me puse mis lentes oscuros y salí al tráfico en busca de mi incondicional Jimmy Choo.

Aun era temprano pero el tráfico ya era agobiante. Me urgía llegar por Jimmy, tenia que desahogarme y con quien mejor que el. 25 minutos después, llegue a las puertas de su edificio. El si era solidario, también estaba vestido con ropa para hacer ejercicio, aunque no moviera ni un dedo. Una gorra de los Yankees de Nueva York, lentes oscuros y mucho estilo. Se subió y me dio un beso tronado y un abrazo tan fuerte que parecía que no nos habíamos visto en años.

--Bella, muñequita, ¿descansaste? – pregunto con verdadero interés.

--No se Choo – no sabia como empezar sin soltarlo todo de golpe.

--Ayer Rose me llamo para que la acompañara a cenar a casa de sus suegros para conocerlos.

--¡Ay que monada!, como las niñas en la escuela que no se sueltan ni para ir al baño – lo mire con una ceja levantada.

--Ay bueno, ¿y a ti porque? – me dio una mirada extrañada.

--Pues para darle ¿apoyo moral? – conteste como resignada.

--Eso es como que mas privado ¿no? Digo, mas personal.

--Aja, pensé lo mismo pero ya la conoces, me embauco y tuve que ir – Jimmy me miraba sospechoso.

--¿Me lo quieres contar de una vez o prefieres iluminarme con cada detalle Bella? – me conocía demasiado bien – tu dime linda.

Le conté paso a paso lo que había ocurrido la noche anterior. Sin omitir ni el mas mínimo detalle, le dije de la ‘traición’ de Rose y lo que había ocurrido en el auto de Edward y como había reaccionado al sentirlo casi sobre mi y todo lo que el me había dicho, que era una “niñita” y “miedosa”. Y mientras hablaba, volvió a crecer el enojo que según yo, ya había podido controlar. El solo escuchaba y me miraba con… ¿duda?

--Y eso es todo – finalice mi historia.

--Dime que piensas Choo, la verdad – advertí.

Jimmy se movió incomodo en el asiento y tomo aire dramáticamente.

--Baja la velocidad Bella – dijo de pronto.

--¿Que dices? ¿Porque? – estaba confundida.

--Solo tomo mis precauciones Darling – suspiro - porque ahorita que te diga que te gusta el barbaján ese como le llamas, de ojos verdes y mirada cautivadora, de andar felino, con ese ancho y duro pecho y con esa suave voz, ¡me vas a querer tirar del auto! – se asomo por la ventana y fingió estremecerse.

--¡Jimmy estas loco! – si lo iba a tirar, ¡pero cerca de un psiquiátrico! – ¿Si puedes ver que estoy enojada verdad? Dime que lo ves – quería sacarle esas palabras a como diera lugar.

--Yo lo que veo mi adorada, es que estas enojada porque te gusta – se miraba las uñas como si sus palabras fueran la cosa mas obvia – te conozco muy bien Bella, podrías ya estar enamorándote de el.

Yo estaba mas que muda, estaba en shock por lo que había dicho. El estaba equivocado, a mi no me gustaba nadie y no me estaba enamorando de el.

--No, estas en un error. Admito que Edward no es nada feo, al contrario, es muy guapo, pero de aceptar eso a enamorarme de el, hay un abismo muy grande, además no esta en mis planes enamorarme – dije convencida – yo lo único que quiero es hacer que se trague todo lo que me dijo anoche y que se de cuenta que no soy ninguna niñita inmadura.

--Si Bella, lo que tu digas – seguía puliéndose las uñas – solo te recuerdo, por si se te ha borrado del disco duro “nena”, que a ti, jamás de los jamases te han importado los malos comentarios. ¿Porque quieres probarle algo si no te importa?. ¿O te importa tanto que quieres demostrarle que esta en un error y que te tiene en un mal concepto porque la primera impresión le fallo? – soltaba vaho sobre sus uñas – ¿Porque gastarías tu valiosa energía para demostrarle eso a un barbaján que ni cosquillas te hace?

¡Wow! Que análisis tan profundo de la situación. Demasiada tele para Jimmy, le estaba afectando.

--Yo lo único que quiero es evitar que Rose me la vuelva a hacer. No quiero que haga comentarios sobre mi con el, que no le de información, solo eso. Por el momento.

--Lo veo un poco difícil, ¿no crees? – tenia razón.

--Si pero no pierdo las esperanzas. – le guiñe un ojo.

¬Llegamos al gimnasio donde ya nos esperaba Tyler, mi entrenador personal. Nos pusimos de acuerdo en que áreas trabajaríamos más. No quedaba mucho tiempo para el desfile así que mas me valía no quejarme y ser cooperativa, era por mi propio bien, vaya que si no.

Deje mi alma en la cama de Pilates y en la escaladora. Corrí un rato en la maquina y fui a darme un baño. Jimmy estaba muy ocupado trabajando en línea con Angela y para cuando salí a buscarlo ya fresca y limpia, nos fuimos a comer.


Nos fuimos directo a “Olive Garden”. No todo eran pastas y cosas engordativas, también las ensaladas eran exquisitas. Pedí un gran vaso de te negro y una ensalada con aceitunas negras y Jimmy como siempre tan solidario, pidió lo mismo. Comíamos tranquilos mientras hablábamos de la agenda para los primeros 2 meses del año, cuando sonó mi teléfono. Al oír el tono, tome una gran bocanada de aire, cerré los ojos y fruncí el ceño.

--Hola papa, ¿como estas? – dije con una vocecita inocente.

--Bien Bella, ¿tu como estas? – no sonaba enojado - como te fue en Japón?

--Muy bien, muy cansado pero estuvo muy bien – respondí alegre.

--Que bueno. Ya vi el video ese Bella – ¡Ay! Ya Soltó la bomba.

--Si papa, ya se que estas enojado.

--La palabra correcta seria incomodo. Pero entiende que no es fácil para mi verte así – sonaba como resignado – eres mi hija Bella.

--Si papa, creo que lo entiendo – no sabia que podía decir en ese momento.

--Pero es tu trabajo y amas lo que haces, lo se, así como yo amo el mío y tu te preocupas y me dices que a veces es peligroso. Supongo que es algo parecido – ¿Que? Estaba sorprendida de las palabras de Charlie.

--Si papa, creo que la comparación es muy atinada – Charlie era el Jefe de la Policía en Forks y aunque era un pueblo pequeño y pacifico, siempre me preocupaba que pudiera ocurrirle algo.

--Ya veremos como puedo manejarlo muchacha, mientras tanto cuídate mucho – sonaba mas optimista – eso no es mucho pedir ¿no?

--Claro que no papa, tu también te cuidaras ¿verdad? – Choo me hacia señas raras – por cierto, Jimmy te manda saludos.

--Dile que yo también, ah y que te cuide mucho. ¿Nos veremos pronto Bells?

--Si, pronto tendré unos días libres, aun no se bien cuantos ni cuando pero iré a verte, te lo prometo.

Colgamos y sentí que me habían quitado un peso de encima. Que mi padre al fin hubiera comprendido mi trabajo o al menos estuviera tratando de hacerlo, significaba mucho para mí. Se bien que hay mucha diferencia entre comprender y aceptar, pero después de casi seis años de discusiones y enojos, esto era algo maravilloso.

Estaba cansada y como ese día ya no teníamos nada pendiente, nos fuimos a mi apartamento y nos tiramos frente a la tele. Jimmy estaba muy concentrado viendo un programa y yo empezaba a quedarme dormida cuando sonó mi celular con el tono de Rose.

--¡Oh si es la bruja de Eastwick! – dije sarcásticamente – ah perdón, eres tu Rose.

--Vamos Bella, no te enojes – esta rubia era de lo peor.

--Aja, no tengo porque enojarme, tienes razón – dije con voz fingida – y menos aun porque me mandaste a casa con un desconocido ¿no?

--No es un desconocido, es el hermano de Emmett – lo defendió.

--Al que tú también conociste ayer, así que no es una excusa valida ¿no crees?

--Tienes razón, ¿me perdonas? – entro en fase de “ojitos de gatito de Shrek”.

--OK Rose, te perdono pero pensare en cual va a ser tu penitencia, te las estoy juntando.

--¡Gracias Bella! ¡Te quiero! ¿Lo sabes verdad? – rodee los ojos.

--Aja.

--Bueno ahora si, cuéntamelo todo, no omitas detalle – ¡lo sabia! No estaba equivocada, era peor de lo que pensé – ¿no es guapísimo? Y se ven divinos juntos Bella, ¡van a ser una pareja de envidia! Pero ya, cuéntame anda – no tenia perdón del cielo.

--Dime, de que hablaron, ¿te llamo hoy? ¿Cuando vuelven a salir? – Dios mío, me disparo sin piedad.

--Ay Rose, Rose – suspire – es tan, pero taan interesante tu cuñado, que… - hice una pausa para hacerla sufrir.

--¿Que que?, ¡dime! – grito emocionada.

--¡Es tan interesante que me quede dormida camino a casa Rosalie! – nunca le confesaría exactamente la verdad.

--¿Que? ¡Isabella! ¿Como puede ser eso? – se altero – Edward es una persona muy culta y muy interesante.

--Me dormí! ¡Es muy aburrido! ¿Porque tendría que mentirte? – seguro que si me creería.

--Y si es verdad que esta guapísimo, claro que si, pero créeme, ¡te duerme!

--Pero que tal si tuvo un mal día y por eso no estuvo muy platicador o tenia algún problemita – insistió.

--No creo, pero ya en serio, te agradezco el esfuerzo aunque me haya enojado ayer – ya casi se lo tragaba.

--Tal vez no pusiste de tu parte, se como eres – vaya, ahora me echaba a mi la ‘supuesta’ culpa.

--vamos Rose, dame un poco de crédito, el tipo es guapo, pero cuando no se da, no se da, ¿no te ha pasado mil veces?

--Si, creo que tienes razón, lo siento mucho. Lastima, se ven bien juntos – hice cara como de querer vomitar y Jimmy se río.

--Si, lastima – bostece.

Inesperadamente le cambie el tema preguntándole del trabajo y me dijo que se iba a Costa Rica en una semana a una sesión de fotos para una línea nueva de trajes de baño. No serian ni 3 días pero ya estaba extrañando a Emmett. Y de repente me recordó que al día siguiente iríamos a comer con Alice. Era verdad, algo se me olvidaba. Honestamente no quería ir y no es porque Alice no me agradara, al contrario, era una chica muy dulce, pero por ahora no quería cerca a ningún Cullen. Por ahora.

Le dije a Rose que tenia una junta con Angela y no era una mentira. Estábamos detrás de un contrato que habíamos añorado tanto Jimmy y Angela como yo. Y si se daba, Jimmy y yo nos iríamos de vacaciones a alguna playa en fin de año para celebrar, así que teníamos
los dedos cruzados. Al final, Rose me convenció y nos veríamos para comer al día siguiente.

Apenas colgamos, entro la llamada de mi madre, que me regaño por no haberme comunicado con ella cuando llegamos de Japón. Le conté la platica que habíamos tenido mi papa y yo por la tarde y no podía creerlo. Estuvimos de acuerdo en que tal vez la edad lo estuviera haciendo cambiar sus ideas y nos reímos.

Mis padres se separaron a los pocos meses de haberme ido a Seattle y un año después se divorciaron. Renee se había casado de nuevo con Phil, que era director de una escuela preparatoria en Phoenix. Mis padres mantenían una buena amistad y eso me hacia muy feliz. Las veces que necesitaba que estuviéramos juntos en algún evento importante para mi, podíamos hacerlo sin problemas, sin pleitos, ni rencores, ni reclamos ni nada. Me hubiera encantado tenerlos a los 3 para el desfile que tendría en unas semanas, pero ninguno podría venir, ya que días después se celebraba “Acción de Gracias” y estarían ocupados en sus respectivos trabajos.

Después de colgar con mi madre, desperté a Jimmy que se había quedado dormido viendo la tele. Cenamos muy ligero y después se fue a su casa.

Esa noche me quede dormida muy rápido por el cansancio del ejercicio. Me desperté a las 3:00 am cuando soñé que alguien me perseguía. Yo corría desesperada mientras se hacia de noche. Corrí hacia una calle oscura para después darme cuenta que era un callejón sin salida, estaba muy asustada y angustiada y el hombre que me seguía se acercaba mas y mas a mi acorralándome. No podía respirar debido al esfuerzo por correr, mi pecho subía y bajaba por la agitación, me faltaba el aire. No fue hasta que estuvo a escasos centímetros de mi, cuando pude verlo a los ojos, eran de un intenso color verde esmeralda y su nariz recta y después pude ver su boca, sus labios, su sonrisa torcida, me sentí salvada hasta que de su perfecta boca salio una orden.

--Entra! ¡Vamos, entra a tu casa! – era el - ¡eres una niñita!

Abrí los ojos sobresaltada. Estaba sudando aunque tenía frío. Molesta conmigo misma por asustarme por un sueño tonto, fui a la cocina por un vaso con agua. Volví a la cama y tarde un poco en quedarme dormida de nuevo.

A la mañana siguiente, prepare mi bolsa con ropa para mi reunión con Angela y salí por Jimmy para después ir al gimnasio. Esa mañana hicimos rutinas para piernas y brazos, mis minutos en la caminadora y luego a la regadera.

Antes de ir a la oficina de Angela, hicimos una parada obligatoria en Starbucks para comprar 2 tes verdes, nada de café hasta después del desfile. Llegamos y nos recibió con una cara larga. Tuve el negro presentimiento de que no lo habíamos conseguido y ya no pude saludarla con el mismo entusiasmo. También Jimmy lo había notado y vi la decepción en su cara.

Colgué mi bolso en el perchero de su oficina y me escurrí en una silla, desganada al igual que Jimmy.

--¿Pero que sucede? – pregunto Angy – ¿que significan esas caras eh?

--Nada cariño – hablo Choo – no pasa nada.

--Si Angy, no es nada, solo que me había hecho muchas ilusiones – murmure.

--Ay Dios, creo que tendré que esforzarme el doble porque si ponen esas caras cuando tenemos un contrato con Chanel por 3 años en la bolsa, ¿que es lo que tendré que conseguir para verles una sonrisa iluminándoles las caritas eh?

¿Quee?

--¿Que? – preguntamos sorprendidos al mismo tiempo.

--¡Si! ¡Lo conseguimos chicos! – Grito Angela que estaba igual o mas feliz que nosotros – ¿lo tenemos en la bolsa!

Al escucharla nos paramos de las sillas como impulsados por un resorte y gritamos emocionados mientras nos abrazábamos y nos besábamos felices. No lo podía creer, habíamos tratado de conseguir ese contrato por mucho tiempo y aunque ya teníamos desfilando para Chanel varias temporadas, eso no nos garantizaba que nos los dieran. Era una decisión que no dependía ni del mismisimo Lagerfeld, así que fue mas duro obtenerlo pero también mas grande la satisfacción de haberlo logrado. Era un triunfo de los tres. Eramos un equipo que funcionaba muy bien, Angela era una agente y publicista que conseguía cada vez mejores contratos, Jimmy se encargaba de tener todo en orden para poder cumplirlos y yo, simplemente realizaba mis sueños.

La alegría que sentía no me cabía en el cuerpo. Quería gritar y llorar de pura felicidad. Jimmy ya lloraba como una magdalena y Angela trataba de decirnos algo pero simplemente no entendía nada porque mi cabeza estaba pensando en que mis papas también se pondrían muy felices.

Y mas mi madre que veneraba Chanel. Siempre le gustaron todas las colecciones y los perfumes desde luego, así que cuando empecé a ganar bien, lo primero que hice fue comprarle un diseño de Chanel completo, con el bolso y los zapatos. Aun lo tenia muy bien guardado. Ella decía que era mi talismán de buena suerte y tal vez tuviera razón después de ese día ya podía empezar a creerlo.

--Calma, calma – Angy hacia un esfuerzo por que la escucháramos.

--En un momento mas deben llegar las personas que traen el contrato para firmarlo – intentábamos estar muy serios y atentos – ya lo he leído y revisado perfectamente todo esta en orden, este es el momento Bella ahora todo depende de ti.

--Si – no me salía la voz.

--OK,¡ esta bien entonces? ¿Es un si Bella? – pregunto nerviosa.

--Claro Angy, ¿como podría ser de otro modo? – estaba feliz.

--¡Si Bella! – grito Jimmy que seguía llorando.

Nos dirigimos a la sala de juntas de la oficina cuando llegaron los representantes de la firma y en una hora ya era la modelo oficial de Chanel, para promocionar todos sus productos. Era un contrato por 3 años pero muy flexible. Angela era un tiro. Aunque no podía promocionar perfumes, cosméticos, lentes, zapatos y mas accesorios, si podía trabajar en otras campañas para otros productos diferentes. También podía hacer pasarelas para otros diseñadores y esa parte del contrato la adoraba porque caminar sobre una pasarela era sencillamente lo máximo para mi.

Rose se iba a poner feliz cuando le contara. Yo soñaba con Chanel y ella con Yves Saint Laurent, su agente también estaba por conseguir su contrato. Esperaba que fuera tan flexible como el mío, pero si no, a ella no le importaba mucho, con el solo hecho de ser exclusiva de YSL estaba mas que feliz.

En una semana se haría la presentación a los medios en una rueda de prensa. Mi madre por supuesto que debía estar conmigo, era un regalo para ambas.

--Vamos tenemos que festejarlo – Jimmy no podía esperar.

--Si Angy, vamos. Rose nos espera para comer, celebremos con ella.

--Esta bien, vamos entonces – tomo su bolso y nos fuimos a encontrar a mi amiga.

Fuimos al restaurante preferido de Rose, que ya nos estaba esperando con el torbellino de su cuñada Alice. Saludamos y Rose hacia las presentaciones, desde ese instante Jimmy amo a Alice, quedo prendado de ella. De su belleza extraña, de su energía, de sus conocimientos de moda, de sus ideas, estaba cautivado.

A mitad de la comida, que ya casi era cena por la hora, le dije a Rose:

--Felicítame.

--Mmm ¿felicidades? – estaba confundida.

--Bueno, a los tres, felicítanos a los tres – Alice también nos miraba intrigada.

--Felicidades a los tres – dijeron las dos a coro pero seguían sin comprender.

Nosotros nos mirábamos muy divertidos hasta que por fin dijo Jimmy

--Les presento a Bella Swan, ¡la nueva modelo oficial de Chanel!

En un instante ya estaban de pie abrazándome al mismo tiempo y gritando emocionadas. Abrazaron y felicitaron también a Angela y a Jimmy, después Rose y yo nos volvimos a abrazar sin decirnos nada, solo estuvimos así en silencio unos largos segundos, me acariciaba la espalda y me dijo al oído despacito:

--Srita Swan, ¡lo lograste! – estaba llorando – te quiero.

Nos abrazamos por mas tiempo. Eso significaba mucho para Rose, ella siempre había estado conmigo apoyándome y alentándome para llegar hasta ese punto. Era un logro suyo también.

Nos sentamos de nuevo secando nuestras lágrimas y Alice hablo.

--Bella que alegría. Cuando le diga a Esmee también se pondrá muy contenta, le caíste muy bien – dijo despreocupada y solo pudimos ver la cara de angustia de Angela.

--¡No! Alice por favor no digas nada hasta dentro de una semana, es un acuerdo que tenemos que respetar, nadie debe enterarse hasta el día de la rueda de prensa.

--¡Oh! – dijo con su diminuta boquita – no te preocupes, así será entonces. – respiramos tranquilos.

--¿Quieres venir con nosotras a la semana de preparación antes de la presentación Alice? – dijo Jimmy muy feliz y yo sentí ganas de lanzarle un golpe.

--Oh Jimmy, no puedo – puso carita triste – tengo que ir a Paris por un problemita que se suscito en la escuela donde estudie, necesito llevar unos papeles y después me reuniré con mi hermano para volver, el va por asuntos de trabajo.

--¿Emmett se va? – hable sin pensar y quise morderme la lengua en ese momento.

--No, Edward – Alice me miro de una forma extraña y Jimmy me observo por el rabillo del ojo.

--No me digas eso, ya somos intimas, ¡te voy a extrañar! – Jimmy era … uff – pero prométeme que no estarás mucho tiempo fuera, tenemos tanto que platicar.

--Claro Jimmy, Rose ya me había dicho.

--Tu puedes llamarme Choo si quieres, ya sabes solo los íntimamente allegados a mi tienen ese privilegio – le guiño un ojo.

Nos reímos mientras ese loco par se abrazaba. Después de una larga despedida y más aun porque Jimmy y Alice no se soltaban, nos fuimos.

Ya en casa, después de mis rutinas de belleza y acostada en mi cama tome el teléfono para darle a mis padres la buena noticia.

Charlie se puso muy contento y casi podría decir que hasta sentimental. Supongo que fue porque el nunca estuvo completamente de acuerdo con que yo eligiera esta vida. Siempre se preocupo de mas por mi seguridad y cuando empezó a ver fotos de mi trabajo donde salía un poco ‘expuesta’, puso el grito en el cielo. Varias veces lo había escuchado decir:

--Isabella Marie Swan, ¡te quiero de vuelta a casa hoy mismo! – Pero mi madre había podido convencerlo cada vez que me gritaba enojado. Al menos ese día había gritado de puro gusto.

--Estoy muy feliz por ti Bella y muy orgulloso, por si no lo sabias – nunca me había hablado así.

--Ya eres una niña grande que me ha demostrado que se sabe cuidar y comportar – ¡Dios!, ¡ahí esta la niña otra vez! Esto tenia que ser una broma.

--Gracias papa, tus palabras significan mucho para mi, te quiero mucho.

--Yo también te quiero mucho Bella, cuídate y nos vemos pronto – y colgamos.

Cuando le marque a Renee, me temblaba la mano. No podía esperar para oír su reacción. Solo esperaba que no estrangulara a Phil de la emoción.

--Hola mama, ¿que haces?

--Nada Bella ya sabes, solo estábamos viendo un programa en la tele – sonaba adormilada – y tu cariño, ¿que me cuentas?

--Ah nada mama, lo mismo de siempre – bostece aburrida - al gimnasio, firme un contrato con Chanel, fui a comer con Rose y volví a casa.

--Ay que bien Bella, estuvo entretenido tu dia, si mañana ves a Rose dale un beso de mi parte igual a Jimmy – ¡no se había dado cuenta!

--Claro mama, te dejo para que descanses ¿ok? Te llamo mañana, te quiero.

Mmm que decepción, mi madre estaba a punto de dormir y no se dio cuenta que le había dicho del contrato. No pude evitar poner una cara triste. No importaba, le llamaría al día siguiente y ya en sus 5 sentidos tal vez me escuchara bien.

Fui por un vaso con agua, regrese y me metí entre las sabanas. No habían pasado ni 2 minutos y sonó mi teléfono.

--Hola.

--Bella repite lo que dijiste – ahora si se escuchaba muy alerta.

--¿De que mama? – la haría sufrir un poquito.

--¿No lo soñé verdad?

--No mama, no lo soñaste.

--¡Bella! Hija felicidades, ¡lo hiciste, lo hiciste! – gritaba feliz.

--Felicidades también a ti mama, y gracias por estar ahí siempre – las lagrimas resbalaban por mi mejilla – ¿vendrás verdad? Tienes que estar conmigo, no puedo hacer esto sin ti.

--Claro hija, ¿como crees que no iría? Sabes bien lo mucho que significa, pero no tanto como verte feliz haciendo lo que te gusta.

--Lo se mama, y que lo que yo hago te de tantas satisfacciones, me hace doblemente feliz.

Esa noche me dormí con una sonrisa en los labios.

Una semana después estaba con mi madre en un spa tomando un masaje, relajante y faciales. Necesitaba estar perfecta y con una piel reluciente y que mejor si mi madre me acompañaba disfrutando ella también del proceso.

Estaba un poco nerviosa, apenas podía aterrizar la idea de la importancia de este logro. Siempre soñé tanto con el, que ahora que lo había logrado, me costaba un poco sentirlo real, pero mi madre estaba conmigo ayudándome a procesarlo.

Terminamos en el spa después de un buen pedicure y manicure, nos fuimos a comer algo ligero y después a casa. Yo tenia que acostarme temprano y dormir muy bien si no quería lucir cansada y desvelada en la rueda de prensa.

Mi madre y Jimmy me dejaron descansar el resto de la tarde y se fueron de compras. No los envidiaba para nada. Tuve una buena noche, me levante ligera, de buen humor y sin ojeras, excelente! Tenia que estar en una suite del Plaza a las 9 de la mañana, para que me maquillaran y peinaran ya que el evento comenzaría a las 11 en punto.

Todo fue puntual, cuando llegue ya me esperaban y comenzó todo el proceso. Jimmy y mi madre estuvieron junto a mi todo el tiempo, y creo que quien mas disfrutaba de toda la atención fue Renee, estaba radiante.

Charlie me llamo un poco antes de bajar al salón del evento, me felicito de nuevo y me prometió comprar todas las revistas donde saliera la reseña de la presentación y guardarlas siempre. Me parece que todos estábamos muy sentimentales los últimos días.

Durante la rueda de prensa estuve mas nerviosa que nunca. Me sentía como las primeras veces que empezaba a hacer mis primeras sesiones de fotos o los primeros desfiles. Me temblaban las piernas y las manos. El sentimiento también era de pura satisfacción y orgullo, como si fuera a recibir un Oscar como premio a mi trabajo. Todo el nervio se vio reducido a 15 minutos de una breve reseña de mi trabajo, de la confianza que tenia la firma en mi y muchísimas fotos. Cuando todo termino, me sentía increíblemente cansada pero eso no impidió que celebráramos de nuevo ese momento en un buen restaurante.

Renee se quedo varios días ya que no podría estar conmigo en un desfile que tendría en una semana. Nos acompañaba al gimnasio, a pruebas de vestuario y luego ella y Jimmy me abandonaban en casa para irse a sus eternas compras. Rosalie había llegado de Costa Rica y dos días después había volado a Los Angeles para grabar un comercial, Emmett la había acompañado. Llego justo dos días antes del tan esperado evento y fuimos a prepararnos como lo hacíamos siempre que nos tocaba trabajar juntas. Alice llegaría al día siguiente justo a tiempo para no perdérselo. Jasper, el gemelo de Rosalie también vendría, tenia muchas ganas de verlo ya que solo hablábamos por teléfono aunque muy seguido. Estaba pensando en mudarse a Nueva York ya que le habían ofrecido un trabajo en Wall Street.

Esa mañana me desperté temprano y Jimmy también madrugo porque no llego mucho después de haberme levantado. Preparamos te, un licuado de alfalfa y cortamos un poco de fruta. Con mucha calma tome un baño y al medio día nos fuimos al sitio donde seria el desfile. Prefería llegar más temprano ya que éramos muchas chicas y a veces se volvía un caos aunque hubiera un equipo de producción de primera.

Antes que nada, me rociaron el cuerpo para que me viera un poco bronceada, me gustaba verme así. Empezaban a maquillarme mientras platicaba con unas compañeras y veía mi reloj. Rose no llegaba aun y me ponía de nervios, era muy raro que no fuera puntual. Le marque al celular y ya casi llegaba, se había atorado en el trafico. Se notaba algo nerviosa por la tardanza ya que era la tercera en salir y además quería quedar más hermosa aun ya que Emmett vendría a verla.

Sonó el teléfono de Jimmy y vi como se le iluminaba el rostro, Alice le había llamado para avisar que ya casi llegaba al lugar y para hacer algo mas tarde. Después de unos segundos en silencio, me miro con una risa idéntica a la del gato de Alicia en el país de las maravillas. Muy tétrica para mi gusto.

--Estas de suerte Darling – ronroneo igual que el feo gato ese y comprendí inmediatamente a que se refería.

Si algo había estado esperando con impaciencia, era ese día. Me había preparado mucho para ese desfile. Hice mucho ejercicio para marcar ligeramente mi cuerpo y para reafirmar ciertas áreas. Comí muchas proteínas y mucho pescado para ayudar a los ejercicios. Dormí a mis horas, también tome mucha mas agua y le di cuidados extras a mi piel.

Y ahora que el momento había llegado y estaba mas que preparada para lograr mi objetivo, tenia muchos nervios, mas de los normales pero no dudaba, eso si que no.

Mi objetivo era hacer que Edward Cullen viera que era toda una mujer y no una adolescente, como me había llamado unas semanas atrás. Había lastimado mi orgullo y me había insultado al decirme que era una “niñita inmadura”. ¿Tan inmadura como para haber tomado un día la decisión de dejar mi casa para trabajar en lo que siempre había soñado? ¿Como se atrevía a decirme eso sin conocerme siquiera?

No sabia ni lo que decía, hablaba por hablar, pero esa noche se iba a morder la lengua, de eso estaba segura.

Tan concentrada estaba que no me di cuenta cuando Jimmy se alejo de mi. Debía dejar tanto drama y divertirme con la cara que pondría Edward, que seguramente ¡iba a ser una cara de 10!

3 comentarios:

Nani-PattinsonWorld dijo...

ohhh que buena pinta tiene esto por favor ! Me encanta ... y me enganchaaaa. Un besazo enorme

Nani-PattinsonWorld dijo...

ohhhhh bien, BIEN, esto se anima xD.
Que ganas de ve saber mas ....
Li, espero que el dichoso Alex se vaya bien lejos mi niña.
Un besote gordo

larosaderosas dijo...

Me esta gustando mucho! Dios muero por leer el momento en que Edward la vea!